jueves, 23 de julio de 2020

Respeto

“Sólo por el respeto de sí mismo se logra el respeto de los demás”
Fiódor M. Dostoyevski
Uno de los pilares,
sobre los cuales
se construye una relación,
del tipo que esta fuera,
es, sin duda, el respeto.

Es un sentimiento positivo,
un reconocimiento, una consideración,
una atención, una deferencia.
Es parte de los elementos
con los que construye cultura de paz.

El respeto es comprensión,
tolerancia y fomento de la dignidad.
Sencillo y complejo a la vez,
profundo y conmovedor como lo es.

Como tantos de los valores de la paz,
el respeto se cultiva en el propio corazón,
y se transmite en cada gesto,
silencio, palabra o acción.

Al cultivarse en el corazón,
el respeto es un reto personal,
y a partir de allí,
sabrá llevarse a diversos ámbitos:
familia, amistad, laboral,
vecindad y social.
Hacia conocidos y desconocidos.

El respeto debe ser parte,
de eso que llamamos ciudadanía.
Respetas tu casa, tu barrio,
tu ciudad, tu país y tu mundo,
es una suerte, de efecto cascada.

Por lo tanto,
si no nos respetamos,
difícilmente podremos respetar,
a otras personas,
a otros entornos.
Muy difícil será también respetar
a tu propio país,
a tu propia cultura,
y a las otras culturas y personas
que conforman esa unidad territorial.

Sin respeto,
y sin capacidad de hacer respetar
a nuestra propia tierra,
podremos venderla o hipotecarla,
podremos callar
ante cualquier amenaza
o afectación que ella sufra,
por otras personas, empresas o estados,
que, a pretexto de ser,
más grandes y adinerados,
y de saberse acreedores
sin límite de derechos,
hacen lo que les da la gana
con nuestra tierra,
nuestra gente y nuestros recursos.

Nuestra patria debe ser respetada,
si hay algunos que no creen en eso,
deberían dejar de ocupar cargos en el gobierno.
Es una cuestión de ética y valores,
que en nada se contrapone
con el legítimo derecho de los estados,
de cooperar, colaborar
y hacer negocios honestos.

Si a pretexto de saberse,
más grande y poderoso
un estado abusa de otro,
han quedado anuladas
las bases del respeto.
Si un estado abusado,
no levanta su voz,
para denunciar el abuso,
sus autoridades pierden representación,
pues no cumplen con su función.

No se puede exigir,
lo que no se puede dar
ni siquiera para uno mismo.

Sencillo y complejo a la vez,
profundo y conmovedor como lo es,
el respeto es fundamental,
para reconstruir la sociedad.

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