jueves, 4 de febrero de 2016

Nosotros podemos, yo puedo

Juntos podemos construir un mundo donde el cáncer no signifique más vivir con miedo o sin esperanza
Patrick Swayze.

En la jornada mundial
de lucha contra el cáncer,
la invitación es a convencernos
de que nosotros podemos,
de que yo puedo hacer algo
para contribuir a prevenir,
disminuir riesgos
y también acompañar a los enfermos
y a sus familias.

Cuando alguien enferma,
enferma también su entorno familiar,
que se contagia del dolor,
que se envuelve en una pena,
en un constante “¿por qué a mi?”,
“¿por qué a nosotros?”.

Nosotros podemos,
yo puedo hacer algo.
Empezando por reflexionar
sobre nuestros hábitos,
sobre nuestro estilo de vida.
Quizá encontremos
que parte de ellos
favorecen a que el cáncer se desarrolle,
y afecte y dañe la vida.
Dialogar sobre ello,
es hacer algo,
empezar con el cambio,
es hacer algo,
cambiar o sustituir esos hábitos
por otros más saludables, es hacer algo.

También podemos aprender
de aquellas instituciones
que dedican su esfuerzo a tratar la enfermedad,
a recibir a los pacientes
sin importar su condición social,
y tampoco su edad.
Estas instituciones,
necesitan de nuestro apoyo,
necesitan que las conozcamos
y que participemos en sus diversas formas de voluntariado.
Los enfermos agradecen una visita,
una palabra de aliento,
una oración y también algo de alimento.
Sus familias necesitan
no sentirse solas,
no sentirse abandonadas,
no sentirse que estorban.

Nosotros podemos,
yo puedo,
conversar con los políticos de turno,
con los políticos en el poder
y pedirles apoyos,
para que las medicinas
que brindan paliativos al cáncer,
sean asequibles,
que puedan comprarse o financiarse
con cierta facilidad.
Podemos pedir a esos políticos,
debemos pedir a esos políticos,
que destinen recursos
para apoyar a las instituciones
que cuidan y curan a los enfermos de cáncer,
que no desconozcan la obligación que tienen
de apoyar los diversos sistemas de salud
que son en beneficio de la población.

Nosotros podemos,
yo puedo,
pedir y exigir que la formación
de profesionales de la salud
vinculados al tratamiento del cáncer
sea una formación constante,
financiada y focalizada.
Que instituciones públicas y privadas,
nacionales o extranjeras,
unan sus esfuerzos en la formación de esos profesionales,
en el desarrollo de investigaciones
que promuevan nuevas respuestas
nuevas curas para estos males.

Si permanecemos en silencio,
en la comodidad de nuestra zona de confort,
si decimos que al final nuestra voz de poco sirve,
si pensamos que a nosotros eso no nos afecta,
que no estamos pasando por una situación así,
deberemos alinearnos a aquellos
que no pueden,
a aquellos que dicen yo no puedo hacer nada,
y pasaremos a formar parte
del gran conglomerado del silencio
la pasividad y el quemeimportismo.

No hay excusas para no actuar,
nosotros podemos,
yo puedo,
solamente hay que proponérselo
y creer en uno mismo.


H

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