jueves, 18 de septiembre de 2014

¿Qué hay de malo...?

El gobernante que pretende encauzar a su país hacia la democracia tiene que empezar por ser un verdadero demócrata, y demostrarlo tolerando la oposición, por más cruda que se ejerza en el mitin, en la prensa, en la diatriba personal.
Lázaro Cárdenas
¿Qué hay de malo opinar 
sobre el papel del poder en el poder?
¿Qué hay de malo en protestar pacíficamente,
y que esa protesta congregue a sectores diversos?
¿Qué hay de malo,
en buscar siempre el equilibrio de las fuerzas?:
frente al poder, una oposición responsable;
frente al poder, una justicia independiente;
frente al poder, un juez de cuentas
que verifique lo que el poder gasta
en el cumplimiento del mandato popular.

¿Qué hay de malo,
en que unos apoyen a cierto político,
o a cierto candidato?
¿Qué hay de malo,
en que alguien se defina de derecha?
O, es que la derecha ¿está plagada
de asesinos, corruptos, desfalcadores,
fascistas, dictadores, anarquistas
y demás delincuentes?,
y la izquierda,
¿llena solamente de gente buena?.
Quizá sea tiempo de no juzgar,
sin previo análisis,
sobre todo de actuación y ejemplo
a una persona por su filiación política,
o por su pensamiento político,
¿porque es de derecha es malo,
porque es de izquierda es bueno,
o viceversa?,
¿a esto resumimos el análisis?.

¿Qué hay de malo,
en criticar la labor de un gobierno?,
si ese es parte del sistema de las libertades,
de los derechos y las obligaciones de los pueblos.
¿Por qué insiste el poder en el poder,
en que la crítica sana es el deseo de volver
a un pasado degenerado y desgraciado?.
¿A quién, en su sano juicio,
se le ocurre criticar para regresar
a un sistema de gobiernos corruptos y desgraciados
que llegaron al poder por culpa de los ciudadanos
que en lugar de votar su voto, botaron su voto?.
Si se critica a un gobierno,
es porque se cree que se debe mejorar,
si se critica es a un gobierno,
es porque no se está de acuerdo,
si se critica a un gobierno,
es porque como ciudadanos
estamos en la capacidad de exigir cambios.

¿Qué hay de malo en la crítica?
¿Por qué convertirla en delito de rebelión?
¿De qué se tiene miedo?

La democracia, 
debe ser un permanente espacio de debate,
de construcción y discusión de ideas
y modelos de desarrollo social y económico.
Es también respeto para el poder en el poder,
y también para la oposición y los ciudadanos.

Pretender vincular a los que critican a un gobierno,
con los políticos corruptos e ineptos del pasado,
es una salida nada democrática,
nada respetuosa, nada educada.

¿Qué hay de malo en opinar,
en querer el bien de todos,
en buscar un estado mejor
para todos los que nos consideramos ciudadanos,
para todos los seres humanos?

La tolerancia política,
es un valor en extinción,
así como con la flora y la fauna del mundo 
en peligro de extinción,
quizá debamos cuidar la tolerancia política,
para repoblar las mentes y corazones

de políticos y ciudadanos.

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