jueves, 11 de septiembre de 2014

Educar para la libertad

El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender
Plutarco
Esta semana
celebramos el día mundial
de la alfabetización.
Para este año,
la frase era:
alfabetización para desarrollo sostenible.

Alfabetizar, educar,
enseñar a leer,
a escribir,
es un derecho humano.
Hay quien dijo
que al poder poco le interesa,
un pueblo educado,
porque empieza a hacer preguntas,
porque empieza a cuestionar,
a exigir sus derechos.

Pero, alfabetizar,
educar, no puede ser entendido,
como la posibilidad de aprender a leer,
de aprender a escribir.
Porque se puede leer sin entender,
porque se puede escribir si saber lo que se escribe.

Si leemos sin entender,
seguiremos siendo analfabetos,
seguiremos sin saber la realidad de las cosas,
seguiremos aceptando realidades
que son espejismos.                                                                                                           
Si leemos sin entender,
otros serán los que decidan
lo que debemos ser, hacer y no hacer.

Si solamente aprendemos a leer,
repetiremos las palabras escritas
mas no entenderemos el mensaje,
y la intensión con la que fueron escritas.

No es cuestión de enseñar,
de acumular información,
de llenar cuadernos sin ton ni son.
Se trata de aprender a aprender,
y no solamente en la escuela, el colegio o la universidad,
aprender siempre,
todos los días de la vida,
en todos los momentos
en todas las situaciones.

La alfabetización va mas allá,
nos debe liberar del desconocimiento y la ignorancia,
debe hacer nacer en nosotros
el sentido crítico de las cosas,
la sensibilidad ante las situaciones de la vida,
el compromiso ciudadano
por construir, mantener y mejorar
un modelo de democracia,
ajena al monopartidismo,
a la corrupción,
a la política violenta,
a la represión,
al miedo como estrategia
para callar bocas y adormecer mentes.

Educar sí,
pero educar para la libertad,
para el buen hacer,
para la responsabilidad,
para la unión y el progreso,
para la fraternidad,
para la igualdad.

Lo otro se llama:

adoctrinamiento.

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