jueves, 4 de abril de 2013

Carta a un amigo… que ha perdido a su padre (a la memoria de Rigoberto Punín)


"Lo que un padre dice a sus hijos no lo oye el mundo,
pero puede ser oído por la posteridad"
Juan Pablo Richter

Querido amigo,
querido hermano:
escribías hace poco
ante la tumba de tu querido padre,
que entregabas a la tierra
 a la persona que te dio la vida…
 y agregabas que:
ojalá que la tierra me devuelva
un rayo de sol para volver a ser feliz.

Permíteme interrumpir
este momento de dolor
para intentar quizá,
decirte algo que me sale del corazón.

Yo creo que la tierra te ha devuelto,
sin que hayas caído en la cuenta,
poco a poco, mientras tu padre vivía,
-por ese padre que un día no estaría-
rayos de sol,
frutos de la tierra,
consejos, ejemplos,
modelos, diálogos,
sonrisas y llantos,
de quién hizo de ti,
en armonía con la madre querida,
la mejor obra que un padre
en función de escultor
podía dejar en la tierra.

Quizá se fue su cuerpo,
quizá…
regresó a la tierra que lo vio nacer,
pero entre ese nacer y morir,
dejó un legado a veces silencioso,
a veces inquieto,
de un modelo de vida,
que iluminó e ilumina
tu camino y tu familia.

Esa tierra y ese padre,
que hoy lloramos y amamos,
dejó un legado que va contigo,
como una impronta
como un signo…
Te dejó raíces
del árbol de la vida,
que fue en un inicio semilla
y hoy es lo que dejarás
para quienes de ti
reciban la posta del camino.
Raíces de valores,
de una forma y una manera de ser,
de actuar, de vivir,
de amar y de compartir.
Raíces que son la fuente,
la cimiente, donde se sostiene,
todo lo que tienes.

Esa tierra y ese padre,
también te dejó alas,
porque las necesitas,
para lanzarte al vacío
sin importar el suelo frío,
porque no llegarás a él
mientras vueles y sueñes.

Mientras haya un horizonte,
en tu corazón de hombre…
horizontes de vida,
horizontes de alegría,
horizontes de amor,
horizontes de pasión
por el trabajo, la familia, los amigos…
horizontes de honestidad,
horizontes de paz.

En este abrazo querido amigo,
hermano querido,
en este abrazo disfrazado por palabras,
quiero decirte,
que aunque esas raíces y esas alas
parecen perdidas,
hoy mas que nunca
debes darles vida,
porque si algún homenaje,
porque si algún hecho vale,
porque si de verdad
ese hombre al que llamaste y llamas
padre querido, padre del alma,
ha hecho lo que ha hecho
y ha legado lo que ha legado,
hoy es necesario que demuestres que es verdad.

En silencio escucha su voz y su consejo,
que te dirá que sigas el ejemplo
no de sus virtudes, no de sus errores,
si, del amor que entregó a borbotones.

Será eterno y de veras lo es,
porque su ejemplo queda,
porque sus raíces y sus alas,
serán tu camino,
el de tus hijos,
y el de los hijos de tus hijos.

1 comentario:

Gabriel U. García T. dijo...

Querido Bob:

Josep Esquirol, un filósofo catalán, comparaba la vida como una balsa que va sobre un río, que es el tiempo. Uno va sobre las aguas pero sin poder orillarse un momento. Sólo al final, cuando llegas a la desembocadura en ese mar que es la muerte, puedes volver a unirte con todos y desaparece la sensación del tiempo.
Gracias por estas palabras.

Un abrazo