jueves, 24 de enero de 2013

Política, políticos, politiquería, politiqueros...


La política es un acto de equilibrio entre:
la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir.
Jacques Benigne Bossuet
Dinero por montones,
dinero y mas dinero,
financia la campaña,
de políticos y politiqueros.

Pancartas,
fotografías,
vehículos de lujo,
camiones, banderas,
parlantes, canciones,
recuerdos, regalos,
promesas, denuncias,
amenazas y recuerdos.

Los que están en el poder,
te dicen lo que han hecho bien,
los que quieren poder,
te cuentan lo que van a hacer.

Hoy escuchaba a alguno,
que decía: que lo que él hizo,
no lo había hecho nadie
en ciento ochenta años,
sin importar si el fin
justificó los medios,
sin importar el costo,
sin importar que lo que hizo
o dijo haber hecho,
era el mandato
de un electorado
que le dio permiso
para usar dinero público
en beneficio social.

La política,
el servicio público
pierde sentido
en época de campaña,
donde el dinero,
privado y público
financia la compra
de los votos del pueblo,
que cree, que confía,
que vendrán tiempos nuevos,
porque te venden sueños,
porque te compran realidades,
porque así es la vida
porque esta es la democracia
o el concepto democrático
que creemos tener:
la dictadura de la mayoría en el poder.
Hoy,
caminaba por la calle,
cuando un candidato en campaña
y sus seguidores
se toman por asalto
las calles de la ciudad
sin importar los vecinos
y los ciudadanos que caminan
que transitan de uno u otro lugar.
Importaba al candidato,
a sus asesores y a sus seguidores
el momento ante las cámaras,
las sonrisas, las promesas,
las caras felices, los bailes,
los aplausos, los votos.
Que importa la gente,
que importan las calles,
si lo que importa son los votos,
si lo que no lo compra la promesa
lo compra la oferta
que nace cada día
con palabras mas bonitas
con fotografías y tomas
de verdad especiales
que hacen ver
que hacer mirar
a los ídolos de barro
como verdaderos dioses,
como verdaderos profetas.

Es verdad,
quizá me acusen
de cualquier cosa,
menos de demócrata,
y quizá es posible
y quizá sea cierto,
pero mientras el concepto de democracia
se fundamente en el dinero,
en la lucha incruenta por el poder pordiosero,
en el engaño, en la mentira,
en la corrupción sin medida,
quizá jamás yo sea
un demócrata cualquiera.

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