viernes, 31 de agosto de 2012

Mensaje


Mensaje de Mario de Andrade 

 (Poeta,  novelista, ensayista y  musicólogo brasileño)

  
"..Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora.

Me  siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.

Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados,creyendose increibles y son un "plomo" para todos.

No tolero a maniobreros y ventajeros. Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.

Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.

Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo. Las personas no discuten contenidos, no, apenas los títulos.  Y mi tiempo es escaso como para discutir títulos.

Quiero la esencia, mi alma tiene  prisa...

Sin muchas golosinas en el paquete, quiero vivir al lado de gente humana fuerte.

Que sepa reír de sus errores.

Que no se envanezca con sus triunfos.

Que no se considere electa antes de hora.

Que no huya de sus responsabilidades.

Que defienda la dignidad del hombre.

Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.

Caminar  junto a cosas y personas de verdad, disfrutando de un afecto

absoluto y sin fraudes, nunca será pérdida de tiempo.

Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena..

Quiero  rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas.

Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma

Sí… ¡tengo prisa! por vivir con la intensidad que solo la madurez puede dar

Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan.

Estoy seguro que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.

Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.

Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera llegarás...... "

jueves, 30 de agosto de 2012

Esbirros


¡Hay del esbirro del poder!,
que cree que todo lo puede tener,
y no se da cuenta,
que mientras se arrastra
traza de forma perfecta
una tumba que le servirá de cama
mientras finge y se engaña
que el poder lo quiere por su inteligencia,
cuando la verdad siniestra
es que el poder lo quiere
para encender la llama
donde pretende quemar
las mentes y corazones
de los hombres libres,
de los que renunciaron
a vender su alma
por unas monedas de plata.

De ti


Este olor de ti,
este sabor de tus besos
y de tu cuerpo infinito,
me acompaña en la noche
cuando solo me tiendo
a esperar el amanecer
de un día que otra vez morirá
y volverá a nacer,
a la espera que deje yo,
de contar las horas,
los días y los momentos,
y me convierta en eso,
un momento que pasó,
un pensamiento que murió.

La feria, nuestra feria


Porque la verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente del tiempo. [...] La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad.
Alfonso Rodríguez Castelao
Llega la feria,
el tiempo de disfrutar
de una tradición antigua,
de viejas y queridas costumbres,
que cuando uno crece,
que cuando uno está lejos
las extraña,
como extraña las cosas amadas.
Es recordar el pasado,
que es a la vez cimiente
del presente que se vive,
y de un futuro incierto
que no sabremos si llega,
que nos sabemos… si será nuestro.

Esa es la feria,
la feria de la ciudad,
creada por el Libertador,
y vivida por cientos de miles
que han pasado por sus puestos,
por sus espacios,
por sus lugares,
la feria del pueblo,
la feria popular,
donde vas a comprar,
donde vas a compartir,
donde vas a caminar y a mirar,
donde se suponen
viven las tradiciones.

Y en medio de todo esto,
de estos pensamientos añejos,
me preocupa que la feria,
no crezca en calidad,
en oferta de mercaderías,
en oportunidad para que la ciudanía
pueda encontrar productos
de buena calidad y bajos precios.
Me preocupa que la feria,
se convierta en un concepto
que se limita solamente al comercio
a un comercio local
que se traslada por un tiempo
a unos locales desordenados
a unos espacios insalubres
a unos espacios inseguros.

Me preocupa que la feria,
por ser llamada popular
no garantice la seguridad
de todos quienes la visitan.
Y hablamos de seguridad
en todos los sentidos,
seguridad de los ciudadanos,
seguridad de la calidad de los productos,
seguridad de un precio justo,
seguridad de una oferta ética,
seguridad de unas instalaciones
que no conlleven riesgo
para las personas y sus vidas.

Me preocupa que la feria,
que nuestra feria
deje de lado la tradición culinaria,
la tradición agropecuaria,
la tradición natural
de esta tierra,
la más linda de la tierra.

Las ferias son por esencia,
encuentros populares,
espacios de distracción,
lugares de diversión,
rescate de tradición,
y por qué no,
espacios donde la innovación se hace presente.

Comercio justo,
seguridad ciudadana,
sano y familiar esparcimiento,
cuna de la tradición y el comercio,
oportunidad de mejora y de cambio,
esa es una feria,
donde la ciudad se muestra toda,
donde la ciudad invita a otros
para que compartan con ella
lo mejor para los ciudadanos.

¿Es esa la feria?
¿es esa nuestra feria?,
juzguemos,
pero sobre todo…
actuemos. 

martes, 28 de agosto de 2012

El mejor día


Hoy es el mejor día,
para rezar
a la diosa del sueño eterno,
y pedirle desde mis adentros
que me lleve con ella,
con ella… para siempre.
Hoy parece ser,
que nada hago en este mundo,
pues todo lo que se ha hecho
ha sido en vano.

Palabras que se las lleva el viento
y recuerdos que son solo eso,
y pasado pesado y cansado,
que hace del camino  un infierno.

Hoy es el mejor día,
para pedirle a la diosa del sueño eterno,
que venga por mi cuerpo,
que devore mi corazón,
y que apague mi alma,
que está cansada y maltrecha,
enferma de vivir así,
sin razón ni olvido.