jueves, 16 de febrero de 2012

El poder: la más completa de las servidumbres

Nunca he podido concebir cómo un ser racional podría perseguir la felicidad ejerciendo el poder sobre otros.
Thomas Jefferson

Quien más te promete libertades,
a cambio de poder,
será quien más te las quite,
conforme sea mas poderoso.

Y es que el poder absoluto es así,
ambicioso como el que más,
astuto como el que menos,
un lobo con piel de oveja,
un amante malicioso,
que te engaña,
que te engatusa,
con frases y palabras bonitas,
hasta que te entregas,
hasta que es tarde,
hasta que nada puedas hacer,
porque entregaste tu independencia,
tu capacidad de pensar,
tu capacidad de actuar.

Y es que el poder absoluto es así:
una ambición que divide,
una ambición que violenta las libertades,
una ambición que somete,
una ambición que silencia.

Y es que el poder absoluto,
jamás rinde cuentas,
se rodea de seres serviles,
que lo contemplan y los sirven,
a cambio de unas migajas.

¡Hay de la sociedad que al poder se entrega!,
porque habrá entregado
su mayor tesoro:
la libertad de su conciencia.

¡Hay de la sociedad que al poder se ofrece!,
porque será sirviente,
de un amo inclemente.

Tiempos de poder absoluto,
tiempos… donde el sentido común,
es el menos común de los sentidos,
donde los valores,
se representan con dinero,
y no con buenas acciones,
donde el liderazgo se ejerce con violencia,
donde el futuro lo deciden unos,
a costa de todos.
El poder absoluto:
la más completa de las servidumbres,
construida sobre la cimiente
de un puñado de espíritus deshonestos,
pegados con una amalgama de ambición
y prácticas de corrupción.

El poder absoluto:
enemigo del libre albedrío,
de la libertad de conciencia,
de la libertad de la palabra,
aunque hoy reinas,
aunque hoy gobiernas,
yo aún plantaría un árbol,
defendería con la vida
tu derecho de opinar,
y organizaría un espacio,
cientos y miles de espacios
donde la palabra sea libre,
donde la palabra sea noviolenta.

Te equivocas en algo poder absoluto,
no somos como tu
y jamás lo seremos,
tu violencia se queda contigo y será tu sentencia,
nosotros hablamos en paz,
porque nada tememos,
nuestro capital es espiritual.

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