lunes, 19 de octubre de 2009

No quiero...

No quiero preocuparme
de nada más que no sea
de las cosas buenas,
de esas que dan alegría a mi alma,
de esas que hacen de la vida
la razón suficiente
para seguir viviendo,
sin importar las penas
que sin ser poca cosa,
nada valen frente a la alegría,
ante el sentimiento profundo
de sentirse querido,
de sentirse útil,
de mirar el futuro,
de aprender del pasado.

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