jueves, 20 de agosto de 2009

Areas desprotegidas

Primero, fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora, es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales
Víctor Hugo (1802-1885)


Quizá haya elementos
que falten esta corta
reflexión semanal,
o que estén incompletos,
seguramente algún experto
los podría completar.

Pero rescato que esta
es una reflexión
un tanto desesperada,
nacida de la desesperación
de otros, de otros desesperados,
que miran el entorno
de nuestras Áreas Protegidas,
como el entorno de lo desprotegido.

No se explica como
e patrimonio natural,
la reserva de lo que pueden ser
remedios para enfermedades,
nuevas opciones de alimentación,
pulmones que limpian el aire contaminado,
espacios que brindan paz,
refugio y casa de vida silvestre
y tantas cosas mas,
se encuentren desprotegidos,
o mejor dicho,
protegidos por manos
que no alcanzan, a proteger
porque son pocas,
porque no saben lo que pasa,
con la burocracia ambiental
que deja a la deriva
la integridad y la vida
de nuestro patrimonio natural.

“Si supiera que el mundo
se ha de acabar mañana,
yo hoy aún plantaría un árbol”,
nos dijo el gran
Martin Luther King,
queriendo decirnos con ello
que no hay pretexto alguno
para no pensar en todo momento,
sin importar las crisis
sobre la integridad
de nuestro patrimonio natural.

Visitando algunos Parques Nacionales,
conversando con gentes
que aman la conservación,
que están comprometidas
con el futuro nacional,
se observa que los pocos guarda parques,
que los pocos recursos que reciben
de poco o nada sirven
cuando lo que cuidan,
cuando lo que preservan
es tan grande,
no solo en superficie,
sino en valor,
y por ello ven impávidos
como poco a poco,
gana la batalla
el llamado desarrollo
que propone modelos
que calificaría de antiecológicos.

No he visto en años,
lo que observo hoy:
el patrimonio natural,
está a la deriva,
su suerte casi echada,
los esfuerzos de fondos internacionales
de fundaciones,
de voluntarios,
de personas que buscan,
que colaboran,
que trabajan,
que dan su vida,
por preservar la vida,
podría estar en riesgo,
podría colapsar.

Así como nos preocupa
la falta de agua,
la ausencia de asfaltado,
el estado de las vías,
los altos precios de las cosas,
las peleas, las riñas políticas
y los negociados,
debería preocuparnos también,
el futuro de las áreas protegidas,
teniendo una tan cerca,
teniendo un tesoro de vida,
que nos comparte el agua,
que nos limpia el aire,
que nos da alegría,
como es el Parque Podocarpus,
debería preocuparnos también,
que muchos no lo respetan,
que muchos se roban sus recursos,
que otros contaminan sus aguas,
que los de allá trafican con su flora
con su fauna.
Y que otros asechan,
tras la noche amarga,
bajo la mesa,
dando la espalda,
esperando el momento,
de repartirse en el mapa,
lo que pertenece a todos,
lo que es un bien público
un derecho de los seres humanos.

Preocupémonos
por que nuestro Patrimonio Natural,
esté protegido,
sea investigado,
sea conocido
y por tanto valorado,
y no como ahora
como un buque sin destino
a punto de naufragar
en las aguas del olvido.

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