viernes, 20 de junio de 2008

Sobre la vida, Cartas a Santiago mi hijo


“Se puede vivir de muchos modos pero hay modos que no dejan vivir”
Fernando Savater, “Ética para Amador”


Hijo mío:
hace tiempo,
y parece que he dicho esto antes,
que no te escribo,
quizá ocupado, quizá distante,
en las cosas del vivir diario,
pocas veces relevantes.

Y… no es que haya nada
de qué escribirte,
al contrario, infinidad de temas,
ocupan mi mente.

No es solo escribir,
no solo brindar consejos,
eso es fácil: el decir,
el hablar de lejos,
lejos del actuar,
lejos de ser verdad,
por eso pienso siempre,
antes de hablar,
sobre todo contigo,
que cualquier cosa que digo,
debe ser verdad.

Verdad en acción,
verdad a tus ojos,
que sienta tu corazón,
que no te miento,
que me aferro a la razón.

Quiero hablarte hoy,
sobre la vida,
sobre el vivir,
en estos oscuros días,
donde el honor asiste
a su último partir.

Descubrir de a poco tienes
las claves del buen vivir,
ocultas tras los placeres,
se niegan siempre a salir.

Quisiera estar contigo,
a cada instante,
en cada momento que vivo,
y así enseñarte,
el verdadero camino,
o al menos guiarte
por mi propio destino….
entonces despierto
de aquel deseo vago,
y quizá mezquino,
pues lo que de veras me toca
es abonar la tierra
de tu corazón tierno
y sembrar en ella
las semillas adecuadas
de las buenas costumbres
de las libertades plenas,
de los fundamentales valores,
de los sentidos comunes.

Una siembra que dé frutos
que sean herramientas
para construir tu camino,
para forjar tu destino,
para reconocer las asechanzas,
para descubrir la mentira,
para alejar la vagancia.

Una siembra que de frutos,
para construir la vida
para ser útil y dichoso
con lo necesario, sin abusos.

Sobre la vida hijo mío,
aprenderás de a poco…
espero, mas temprano que tarde,
espero… serte útil en alguna parte.

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