jueves, 24 de mayo de 2007

Consensos


Ya lo dice el evangelista:
“pues, si al presentar tu ofrenda
en el altar te acuerdas
entonces de que un hermano tuyo
tiene algo contra ti,
deja tu ofrenda allí, delante del altar,
y vete primero a reconciliarte con tu hermano;
luego vuelves 

y presentas tu ofrenda.

Ponte enseguida a buenas con tu adversario
mientras vas con él por el camino;
no sea que tu adversario
te entregue al juez y el juez al guardia,
y te metan en la cárcel.

Yo te aseguro: no saldrás de allí
hasta que no hayas pagado el último céntimo”.

Me pregunto entonces:
¿por qué demandar o enjuiciar
antes de hablar o dialogar?,
¿ por qué la primera respuesta
es una mala apuesta
por la vía judicial?
¿por qué si alguien
cometió un error,
no se beneficia
de aquella buena caricia
que busca una reflexión
y no, un castigo mayor?

¿Será que un Diario Nacional
deba ser presa de caza
de una ira Presidencial,
que busca sin templanza,
librarse del un supuesto mal,
llamado “libertad de prensa”.

Y no digo si el periodista
abusó de su condición,
que bajo alguna frase lisa
haya dejado en el corazón
de aquel lector que a prisa
revisa la prensa de la nación
y se cree cualquier cosa que diga.

Es más aún grave,
echar la culpa a todos,
a todos los de la prensa libre,
que supuestamente sordos
no dijeron nada ante el robo.

Hay que meditar y reflexionar,
si alguien cometió un error
y no puede ver cuál es,
el maestro tiene el deber
de abrir sus ojos al buen entender.

De nada sirve el “ojo por ojo”,
o el “hasta que la sangre llegue al río”
si alguien por un antojo
o un error sin bravío
comenta la vida Presidencial,
y lo hace sin gusto de aquella autoridad
nos veamos presos de una lucha desigual.

La paz se construye de a poco,
dejando de lado pasiones,
alimentando almas y corazones,
de verdad y amor fraternal.

Espero y aspiro que pronto
la prudencia domine a la pasión,
que el Presidente sin perder rigor,
siente las bases del diálogo con amor,
si algo se debe aclarar,
si hay frases que se deben rectificar,
solamente serán tal,
si media ante todo
el diálogo, la prudencia y la paz.

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