La costumbre consigue,
con el tiempo,
asesinar la creatividad,
la frescura de lo natural,
y la fuerza de la pasión.
La costumbre acostumbra,
y cuando te acostumbras a ello,
las cosas cambian;
si no estás preparado,
te ahogas en tu propio vaso;
si no estás preparado,
pero, si asumes el reto del cambio,
descubres que el vaso,
no era tal,
era y es, un inmenso mar.
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