viernes, 25 de julio de 2025

Egoísmo: un enemigo silencioso y gritón (a la vez)

Todo hombre debe decidir si caminará a la luz del altruismo creativo 

o en la oscuridad del egoísmo destructivo

Martin Luther King

En el día a día,

nos preguntamos

(pocas o muchas veces)

¿por qué es tan difícil

construir y tan fácil destruir

una situación, una idea,

una necesidad de mejora?

O, hacer más complejo,

ese proceso de mejorar.


Los entornos sociales,

los entornos laborales,

los liderazgos, 

los responsables de equipos humanos,

de sociedades, de ciudades,

de países, en fin,

de entornos humanos,

enfrentan un enemigo silencioso,

que con el tiempo se transforma

en una suerte de sombra,

de la que no se puede escapar,

ni en la penumbra: 

el egoismo.


Es cada vez más fuerte

esta tendencia a anteponer 

el propio interés y bienestar, 

a menudo a expensas de los demás, 

y posponer la oportunidad

de pensar en todos, 

desde todos y para todos.


El egoísmo se opone,

a que podamos pensar,

en alianzas imposibles,

pero necesarias para progresar.


Nos está deteniendo

y extinguiendo

aquella práctica

de vivir en comunión,

en comunidad

y pensarnos, 

en diversas condiciones,

capacidades, fortalezas

y debilidades.


El egoismo,

se presenta

con diversas caras y máscaras:

imponiendo ideas únicas,

limitando el diálogo,

construyendo cultos a la persona,

buscando solamente

beneficios propios.

Olvidando de a poco:

el interés de y por los demás,

el futuro, 

el más allá del hoy.


Es más,

ese egoísmo,

puede ser el peligroso ejemplo

que heredemos a los niños que decimos

son el “futuro de la patria”.

Si el futuro es el egoísmo,

mal pronóstico,

tendría una sociedad

que vulnerable está

ante la manipulación

y el egocentrismo.


Aprender a equivocarse,

aceptar que nos equivocamos,

desarrollar la capacidad

de construir consensos,

pensar en uno y también en los demás.

Educar y educarnos

en el respeto, la dignidad

y la tolerancia,

no nos hará mejores,

nos hará más humanos

y sobre todo,

evitará que seamos,

víctimas de este silencioso mal:

el egoísmo.


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