viernes, 27 de junio de 2025

La debida atención

Sé que sólo hay una libertad: la de pensamiento

Antoine de Saint-Exupery


Te has puesto a pensar,

¿a qué dedicas tus pensamientos?,

¿a qué o a quién prestas tu tiempo,

tu atención y preocupación?

¿Sabias que todo 

lo que recibe atención crece?


Tus miedos,

tus preocupaciones,

tus temores,

tus fallos,

tus inseguridades,

crecerán

en la medida y en la frecuencia

en que los visites,

les dediques tu tiempo

y les prestes tu atención.


Con ello no quiero decir,

que no debemos conocer

y estar conscientes

qué debemos cuidar,

de qué nos debemos preocupar

y sobre qué debemos trabajar

para mejorar,

aquello que queremos cambiar.


El trabajo personal

debe o debería enfocarse

no a luchar contra ciertos pensamientos,

a veces, deforma infructuosa,

si no, a desarrollar la capacidad

para elegir cuidadosamente

de forma constante y permanente

aquello que debe ocupar

nuestro tiempo, nuestro esfuerzo,

nuestro esfuerzo interior,

nuestros íntimos anhelos.


Desarrollar

la maravillosa capacidad

de decidir cada día 

¿qué es lo que queremos fortalecer?

y que hará florecer

ese yo que muchas veces

se nos pierde

en la infinidad de temores

y de dudas

que nos asaltan sin pensarlo.


Es un ejercicio,

que invita a dedicarse

con pasión 

a aquello que nos hace bien,

pero que a la vez

nos hemos declarado incapaces de lograr,

porque no hay tiempo,

porque no sabemos cómo,

porque nos gana la desgana,

porque antes de empezar,

visitamos y damos espacio a la derrota.


La debida atención,

a lo que de verdad

nos sienta y nos hace bien,

hará que esa libertad de pensar

sea tal.

Si bien,

es un ejercicio personal,

de seguro afectará

a las decisiones que debamos tomar

para la convivencia con los demás.


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