jueves, 26 de junio de 2014

Un abrazo

Lo que necesito es un abrazo,
de aquellos que me alejan del mundo,
de la pena y el sufrimiento.
de aquellos que me llevan al cielo... contigo.

Un abrazo,
que despierta en mi el deseo,
de no soltarte jamás,
de pegarte a mi cuerpo,
de ser uno hasta la eternidad.

Un abrazo
que detenga el tiempo,
que ilumine este sentimiento
de amor y de paz.

Necesito un abrazo,
más no uno cualquiera,
quiero tenerte aquí cerca,
y abrazarte por toda la eternidad.


La vida

Se que la vida
es más dolor que alegría,
pero son esas alegrías,
las que nos dan vida.

Alegrías de un segundo,
alegrías de un minuto,
que hacen de este mundo,
un espacio para vivir.

Tu puerto

Te miro a lo lejos,
sentada sobre la cama,
mirando un lado vacío,
llenando ese lado,
de recuerdos intensos,
de suspiros y besos,
de caricias y jadeos.

Te miro a lo lejos,
y cuento las horas para volver,
a tus brazos y a tus besos,
a tu tiempo...
a tu puerto.

Agua y ley

"Olvidamos que el ciclo delf agua y el ciclo de la vida son uno mismo".
Jacques Y. Cousteau.

Leía hace poco,
que la Asamblea Nacional,
tardó tres horas en aprobar,
la nueva legislación,
que regulará el recurso agua.

Asumo,
porque lo ignoro,
que hubo el debate y análisis correspondientes,
que los asambleístas,
responsablemente,
se asesoraron de expertos,
consultaron con colectivos sociales,
con sus votantes,
con organizaciones de base.

Asumo que nuestros asambleístas
pidieron estudios
sobre el uso del agua,
sobre el mal uso de agua,
sobre la situación del agua,
en los diversos sectores del país.

Supongo que para legislar en tres horas,
los asambleístas conocían
la realidad de agua en nuestros días.
¿Cuánta agua tenemos,
cuánta agua necesitamos tener?
¿Cuánto se debe pagar por el agua?
¿Qué pasa si el servicio no es el óptimo?.

Supongo que nuestros asambleístas,
votaron por la nueva ley
porque eso es lo que necesita el país,
y no un partido político es especial.
Porque esa ley beneficia a todos por igual,
y no solamente al deseo o idea de una sola persona en especial.
Nuestros asambleístas aprobaron, en tres horas,
no un tema coyuntural,
sino la legislación de un recurso natural
fundamental para la vida del país,
para la vida de las personas del país.

Quiero pensar que esta ley,
contribuirá a proteger y cuidar el agua,
que contribuirá a que el agua llegue a todos
con los mismos niveles de calidad,
que ayudará a la preservación de fuentes de agua,
que apoyará la educación ambiental
como herramienta de sensibilización sobre el agua y sus usos.
Espero que esas tres horas de discusión,
hayan permitido a todos los asambleístas
escuchar las diversas posiciones,
las diversas visiones sobre el agua.

No quisiera pensar
que la ley crea indiscriminadamente
nuevas instituciones burocráticas,
nuevos espacios para trabajo de burócratas,
controles gubernamentales,
y gastos de recursos de manera innecesaria.

Espero que esta ley no sea,
la demostración burlesca,
de una legislatura,
que aprueba sin pensar,
que legisla sin hablar,
que regula sin cesar.

Aspiro que hayamos legislado sobre el agua,
con el respeto que se merece
un recurso que nos da la vida.

jueves, 5 de junio de 2014

Creer en la libertad y vivir la libertad

Si no creemos en la libertad de expresión para la gente que despreciamos,
creemos en ella para nada.
Noam Chomsky
Vivir la democracia,
es vivir las libertades,
es hacer uso responsable de ellas,
es aprender a convivir en la diversidad,
es aprender a escuchar
opiniones contrarias.

Es común observar,
que las normativas de algunos países,
donde se dice que se vive en democracia,
tienden a limitar el ejercicio de las libertades.
Se hace uso de los poderes públicos,
y de las instituciones públicas,
para limitar el ámbito de las libertades.

Los argumentos son variados:
“ha existido mucha libertad,
o quizá que hemos confundido libertad con libertinaje,
o que probablemente los poderosos son los libres,
y los que no están en el poder no lo son,
y que por tanto las leyes que limitan las libertades,
otorgarán el mismo nivel de libertad
a todos los ciudadanos”.

Cuando hablamos de libertades,
hablamos de educación.
El anhelo de ser libres,
para vivir, para fijar nuestro domicilio,
para escoger nuestro trabajo,
nuestra profesión, nuestra ocupación,
nuestra programación de televisión,
nuestra comida, nuestra ropa,
nuestros gustos,
la forma de cubrir nuestras necesidades básicas,
siempre y cuando no afecte el derecho de otros,
o atente a las libertades de otros,
es algo intrínseco a la persona.

El anhelo de podernos expresar libremente,
de leer, escuchar o mirar lo que otros opinan,
no nos abandona como seres humanos,
a pesar de que las normativas se empeñen
en limitar la libertad de la palabra.

El problema creo yo,
y acepto desde ya las críticas en contrario,
y el hecho mismo de estar equivocado,
es que quizá no creemos mucho en las libertades,
es que quizá no nos vemos libres,
no nos soñamos libres,
no nos creemos capaces de ejercer nuestras libertades,
porque el ejercicio de la libertad
comporta necesariamente,
una grado importante de responsabilidad,
de tolerancia,
de prudencia,
de fraternidad,
de respeto por el prójimo y su comunidad.

Quizá nos callamos ante las limitaciones a nuestras libertades,
porque es un papel cómodo,
una actitud cómoda,
una actitud que no nos afecta,
que no nos complica la vida,
porque quien nos quita la libertad,
nos paga un sueldo como empleados,
porque quien nos quita la libertad,
ha ido ganando espacio en nuestro autoestima
y cada vez nos creemos el espejismo del dios de barro
que decide sobre nuestras vidas,
que nos quita las libertades,
y nos dice qué hacer, cuándo hacer y cómo hacer.

Para vivir en libertad,
hay que creer en ella,
hay que sabernos merecedores de ella,
hay que generar las condiciones para ella exista,
hay que regarla todos los días,
como una planta querida,
no con agua,
sino con compromiso social,
con responsabilidad ciudadana,
con trabajo honesto,
con respeto al prójimo,
con honestidad para elegir nuestros gobernantes,
con compromiso de trabajo por el bien común,
con amor a los que decimos amar,
con amor por quien lo hacemos,
con el convencimiento eterno
de que todo lo que hagamos,
será para beneficio de los que amamos,
en este presente y en el mañana que no sabemos.

Creer en la libertar,
vivir en la libertad,

¿cuántos estamos dispuestos a hacerlo?.

Democracia, simplemente democracia

No puedes hacer una revolución para tener la democracia.
Debes tener la democracia para hacer una revolución.
Gilbert Keith Chesterton

Está en boca de todos,
de los que son y no son demócratas,
y asumimos sin más análisis,
que vivimos en democracia,
que la población ostenta el poder
a través de sus representantes,
que hay una capacidad colectiva
de tomar decisiones para beneficio de todos,
pues se supone que eso es democracia.

Como decía,
hablamos de democracia,
y de demócratas,
y seguros estamos de ello,
convencidos estamos de vivir
en un sistema democrático.

La democracia,
como forma de gobierno,
de organización política y social,
implica algunas características:
Por ejemplo, una Carta Magna o Constitución,
que marca las pautas de la organización del Estado,
de los límites el gobierno,
los límites del ejercicio del poder
y de los principios de alternancia electoral,
salud, educación y derechos humanos.
Una constitución que consagra un Estado de derecho,
con deberes u obligaciones para todos.

La democracia,
implica la existencia
de un sistema electoral
que garantice la alterabilidad.
Que los ciudadanos,
tengan la capacidad de elegir
y de ser elegidos,
y que en función de ello,
también tengan la obligación
de rendir cuentas de ese ejercicio,
y del uso del dinero público
que ha servido para tal fin.

La democracia,
implica una estricta división de poderes,
como principio fundamental
de equilibrio en la gestión del Estado.
Esos poderes deben ser independientes
en su naturaleza, en su constitución,
en su ejercicio.
Podrán ser interdependientes,
en la búsqueda del bien común
de los ciudadanos.

La democracia,
implica el respeto y protección a la libertad
como principio universal de convivencia.
Ciudadanos que puedan pensar,
y expresar libremente su pensamiento.
Ciudadanos que puedan pensar,
y manifestar sus ideas
a favor o en contra del ejercicio
de un gobierno que temporalmente
ha recibido el mandato de gobernar
y trabajar por el bien del país.

Ciudadanos que tengan la capacidad de organizarse,
de trabajar juntos,
fijándose objetivos comunes de bienestar.
Ciudadanos que puedan reunirse,
sin ser tildados de conspiradores.

La democracia,
implica también,
irrestricto respeto a los derechos humanos,
como requisito sine qua non,
para su existencia.
Y cuando decimos derechos humanos,
hablados de temas tan básicos y fundamentales,
como el derecho a la vida, a la educación digna e inclusiva,
el derecho a la propiedad, a la vivencia,
a la libre asociación,
al libre tránsito, al debido proceso,
a la seguridad, a la libertad de pensamiento.

En fin,
la democracia, como concepto,
implica una suma de derechos,
y también una suma de obligaciones.
Quizá la principal,
la principal de las obligaciones,
sea la de ser ciudadanos demócratas,
no solamente de palabras,
sino también de obra.
Ciudadanos demócratas,
que son conscientes de a quien votan,
de a quien eligen,
de a quien no eligen.
Ciudadanos demócratas,
que analizan la información
y las propuestas, del gobierno y la oposición.
Ciudadanos demócratas,
que saben defender sus derechos,
aún a costa de sus propias libertades.
Ciudadanos demócratas,
que piensan como tal,
y lo que es más,
viven como tal.

Un ejercicio complejo,
el de la convivencia en democracia.
Porque exige más el dar,
que el recibir.
Pero que a la vez,
comporta el trabajar,
por el bien de todos,
el bien común,
que es también,

el bien personal.

Ciudad creativa

La creatividad no consiste en una nueva manera, sino en una nueva visión.
Edith Wharton

Se creó en el Ecuador,
la ciudad de conocimiento,
que es a su vez,
la ciudad de la innovación.
Con mucho dinero,
y con poco tiempo,
aquel proyecto del gobierno,
empieza a ser verdad.

Se supone que allí,
habrá espacio para la ciencia,
para el conocimiento,
para la innovación.

Se supone que de allí,
saldrán respuestas y propuestas,
para los males del país.
Se supone que allí,
habrá un espacio de convergencia,
de la academia y la empresa.
Y se supone que allí,
habrá un espacio
para la sociedad civil.

Una idea interesante,
y un proyecto de país,
resta esperar,
resta apoyar,
resta que nos dejen participar.

Pero,
al mismo tiempo
que este proyecto pasa,
que este proyecto avanza,
pienso que nosotros,
en la patria chica,
también podemos trabajar,
un proyecto de ciudad,
que no se queda solamente
en la parte urbana,
sino que incluye lo rural:
se trata de diseñar e implementar
una ciudad de la creatividad,
donde haya espacio para el pequeño
y gran empresario,
para las nuevas ideas,
para las industrias limpias,
para nuestra gente,
y para la gente de cualquier parte.
Una ciudad que genere trabajo,
que generé estabilidad,
que generé paz,
que generé ingresos,
que sea un modelo,
de convivencia social.

¿Los ingredientes?
El primero,
y quizá el más importante,
el compromiso de todos,
los que están en el poder,
los que hacen empresa,
los que trabajan,
todos,
absolutamente todos,
porque solamente
de esa manera,
podemos ganar todos.

Habrá que generar incentivos,
trabajar por la seguridad,
por el ornato,
por el orden,
por la calidad de los servicios,
el acceso a tecnología.

Una ciudad de la creatividad,
marca la diferencia,
no es igual a otras,
es alegre,
es servicial!
es diferente.

Ahora...
sólo falta la decisión,
el querer ser
y el luego serlo.
Una vez que lo hagamos,
no habrá quien nos detenga,

en ningún lado.