jueves, 20 de febrero de 2014

Silencio y reflexión

“Somos sembradores conscientes, repartimos diariamente millones de semillas a nuestro alrededor. Que podamos escoger siempre las mejores, para que al recibir la dádiva de la cosecha justa, tengamos siempre motivos para agradecer”
Og Mandino

Silencio…
las voces, los ofrecimientos,
los velos rasgados,
las denuncias,
las burlas y las amenazas,
temporalmente han callado.
Y viene el silencio,
un silencio ordenado,
un silencio falso,
pero en fin silencio,
al que todos estamos obligados,
menos el poder,
porque a él nadie lo manda,
porque a él nadie lo calla.

Silencio,
para escuchar la voz interior,
para escuchar la conciencia,
que la tenemos medio muerta
producto del ego,
la ignorancia
y las ansiar del poder.
Silencio,
para valorar la palabra,
para pesar los hechos,
para encontrar la paz suficiente,
y la tolerancia adecuada,
que nos permita ver una realidad
si maquillajes y cuentos de hadas.

Silencio,
para escuchar otras voces,
para escuchar al que sufre,
al que ha sido víctima del poder,
del mediocre con mala fe.

Silencio,
para reflexionar,
sobre lo que fuimos,
sobre lo que somos,
sobre lo que vayamos a ser.

Reflexión,
en torno a lo que somos como ciudadanos,
en torno a lo hacemos o dejamos de hacer,
para construir democracia.

Reflexión para entender
que en nuestras manos está el poder
de elegir el camino,
y entonces no cabe luego,
los llantos y las quejas,
porque con nuestras manos
tallamos aquella figura
a la que hemos llamado:
presente y futuro.

Silencio y reflexión,
que en estos días habla el corazón,
que es necesario invitar también a la razón.

Que no nos tomen por idiotas,
que nos respeten como seres humanos
y también como conciudadanos,
porque entre nosotros no hay dioses,
ni caudillos, ni mecenas.

Silencio y reflexión,
cierra tu boca,
abre tu mente,
invoca la tolerancia,
no basta que sueñes un mundo mejor,
es necesario que participes,

hables y actúes.

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