viernes, 7 de septiembre de 2012

Tránsito vehicular: caos en la ciudad


Donde ninguno manda, mandan todos.
Donde todos mandan, nadie manda.
Es el caos.
Jacques Benigne Bossuet

No es por la feria,
no es por los visitantes,
es un mal de la ciudad,
un mal que llegó
y que no hay forma de gestionarlo,
resolverlo o planificarlo,
es parte del ambiente de la ciudad:
el caos vehicular.

Las calles son difíciles de transitar,
porque están llenas de huecos,
porque están llenas de vehículos,
porque en el momento menos pensado
el autobús que transita delante de ti
se detiene donde le da la gana,
atendiendo el pedido de un peatón
que desea subirse al bus
sin respetar los espacios
que se han diseñado
y que se llaman paradas
y que sirven para que las personas
suban y bajen de los autobuses.

Las calles son difíciles de transitar,
porque la cultura urbana
poco valora el ordenamiento vehicular.
La calle, la vía, es propiedad del mas fuerte,
del mas audaz, del mas rápido.
Las vías que son para transitar
dentro de los límites de lo legal
son para algunos
pistas de competencia,
donde gana el mas salvaje
el mas inconsciente
el mas demente.

El caos en el tránsito
ha llegado a la ciudad,
y parece que no podemos cambiar
esta triste realidad.
El congestionamiento
la desesperación,
las largas filas,
las demoras,
son parte del caos,
de un caos que no se puede gestionar,
que es  un mal cultural
al que todos contribuyen
de alguna medida:
la autoridad, porque no la tiene,
el conductor porque ignora su rol,
el peatón que muchas veces “le da igual”
porque no hay nada que hacer…
al final todos
en mucho o en poco
contribuyen,
contribuimos al caos de la ciudad.

Hace pocos días,
miraba una escena,
que es casi “típica” en la ciudad:
un conductor de taxi,
detiene su vehículo
y empieza a orinar en la vía pública
porque él es así,
porque esa es la costumbre,
porque así lo ha visto a otros,
porque no se ve tan mal,
¿por qué… qué más se puede hacer?.

Como ciudadanos
podemos hacer dos cosas:
cruzarnos de brazos
o empezar a cambiar las cosas,
y el cambio no depende de otros,
depende de nosotros,
de lo que hagamos o dejemos de hacer,
para dar ejemplo
para educar
para enseñar
que es posible tener una ciudad
con un tránsito ordenado,
que muchas veces es mejor caminar
y dejar el vehículo estacionado.
Podemos enseñar
a hacer mejor las cosas,
porque si esperamos a las autoridades,
o si esperamos que las autoridades
hagan los cambios,
deberemos esperar sentados
o esperar que muchos de esos cambios
no respondan a la realidad.

Basta ya de quejas,
solamente,
actúa, haz la diferencia,
que la unión de las buenas costumbres
hace de una sociedad
un espacio para vivir
y convivir en paz,
porque Loja es más.

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