martes, 6 de diciembre de 2011

Termina el año y la ciudad en abandono

La ciudad es como una casa grande.
Rafael Alberti


El problema,
ya no son los problemas,
el mayor problema,
es acostumbrarnos
a que hayan problemas,
y no hayan soluciones.

El mayor problema de la ciudad,
es que está en abandono,
y los ciudadanos,
de apoco nos acostumbramos,
a ese abandono.

Ya es costumbre,
que las calles,
estén llenas de huecos,
que son un peligro
para personas y vehículos.

Ya es costumbre,
que los arreglos y las obras,
no sean de calidad,
no sean a largo plazo,
y tengan que repetirse siempre,
y que se gaste el dinero,
un dinero que es escaso,
un dinero que nos cuesta a todos.

Ya es costumbre,
que la autoridad,
permita la venta ambulante,
en desmedro de quienes,
pagan por puestos en los mercados.
Es cierto que el derecho al trabajo
es un derecho humano,
pero no es menos cierto,
que el trabajo tiene que ser regulado,
que los comerciantes,
deben cumplir la norma,
igual que cualquier ciudadano.

Termina el año,
y la ciudad en abandono,
sin rumbo ni horizonte cierto,
porque los responsables
de su conducción y manejo,
no asumen la gravedad de su encargo,
la magnitud de la confianza,
que significó el voto,
que les entregó el poder.

Termina el año,
y la ciudad en abandono,
la ciudad desmejorada,
llena de letreros que contaminan
la estética y la belleza,
de esta ciudad querida.

Termina el año,
con los ciudadanos llamando,
con los ciudadanos denunciando,
lo mal que se encuentra una calle,
una vereda, un parque.
Con los ciudadanos
clamando por agua,
por asfalto en las calles,
por semáforos,
por un caótico tránsito,
que sume a la ciudad,
en una histeria colectiva.

Termina el año,
y la ciudad no cuenta,
con una verdadera rendición de cuentas,
que explique, que diga,
qué se ha hecho,
qué no se ha hecho,
por qué no se ha hecho,
y cuándo se va a hacer.

No es cuestión de sacar a nadie,
o de botar a alguien,
es cuestión de ser responsables,
y de cumplir la palabra
empeñada en campaña.
Es cuestión de cumplir,
el juramento que se hizo,
tras el voto de confianza…
de una confianza,
que ya se cansa,
que disminuye,
que huye por las alcantarillas dañadas,
al ver que los responsables
de llevar la ciudad,
no han sido capaces,
de hacerla progresar.

Termina el año,
y la ciudad en abandono,
una lección que el ciudadano,
no puede olvidar,
porque cuando haya que votar,
habrá que recordar y no olvidar,
si los que piden el poder,
son los mismo que ayer,
abandonaron la ciudad.

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