jueves, 10 de septiembre de 2009

Morir de hambre... morir asesinado


Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados y maestros,
seria oportuno saber si no se esta muriendo de hambre.
León Tolstoi


Se encienden las alarmas,
en América Latina,
para muchos: el granero del mundo,
pero hay hambruna,
y así lo demuestra
la declaratoria de emergencia
en la hermana Guatemala.

En el país centroamericano
673 comunidades están en crisis,
en crisis alimentaria,
no tienen qué comer
y lo peor de todo,
la desnutrición crónica
afecta al cincuenta por ciento
de los niños menores
de cinco años,
pequeños angelitos desprotegidos
abandonados a su suerte,
por no tener qué comer.

Me pregunto:
¿será que no hay comida,
o no hay acceso a los alimentos?,
cuando las estadísticas dicen
que producimos mas comida
de la que podemos comer.

A pesar de ello,
en un pequeño país,
en un país con riquezas naturales,
azotado por la sequía,
la gente no tiene qué comer,
en pleno siglo XXI,
donde la tecnología y la ciencia
disputan las respuestas
de nuestra razón de ser,
¡qué ironía Dios mío!,
no tener qué comer.

Recuerdo entonces
que en toda nuestra Región
mas de setenta millones
de latinoamericanos
sufren hambre y desnutrición,
no es un problema de Guatemala,
es de toda esta gran nación,
es un tema en directa relación
con la pobreza extrema,
víctima de la mala administración.

Un cuerpo sin alimento no trabaja,
un cuerpo sin alimento no piensa,
un cuerpo sin alimento no sueña,
un cuerpo sin alimento…
es capaz de lo que sea
para sobrevivir en la tierra.

Recuerdo entonces
las promesas eternas
por la lucha contra el hambre,
las fotos, las campañas,
los comités electorales,
todo ello para gritar la promesa
de tiempos mejores,
condicionados a que
por siempre les des el voto,
los eternices en el poder.

Recuerdo también
las discusiones actuales
de quienes ostentan el poder:
“la región está en peligro”,
“defenderemos la integridad territorial”,
“esta tierra es mía,
no importa la historia y la gente,
la vamos a defender”,
“lucharemos con todos,
contra todo,
contra todo lo que obstruya
nuestra eternidad en el poder”,
y con esas declaraciones sombrías
justifican sus contratos
para poner en marcha
la maquiavélica campaña militar:
armas, aviones, tanques,
balas, municiones, uniformes,
equipos, herramientas para matar,
eso es lo que cuenta,
ahí están los cuarenta mil
millones de dólares
destinados a armar
los ejércitos latinoamericanos
que empiezan a marchar
al son que tocan los mandatarios,
esperando la orden,
aquella de tirar a matar.

Se suma la última arma,
la del hambre popular,
aquella que obliga de a poco,
echar mano de lo que tiene otro,
pero… sin preguntar.

¿Cuando trabajaremos juntos
por organizar de mejor manera
la administración en general?,
que tenga comida la gente,
que se eduque decentemente,
que hayan medicinas y médicos,
así como escuelas y hospitales,
la verdad, no lo sé…

Está muriendo la gente de hambre,
están los espíritus sedientos de paz,
estamos esperando vivir como gente,
y tener la oportunidad
de soñar con tiempos mejores,
mientras vivimos un presente… decente
en paz con nuestro medio ambiente.

“El hombre de los países industriales ha llegado a la luna dominando la naturaleza. ¿Es justo que el hombre ponga un pie sobre la luna? ¿O no sería más justo que los grandes países pongan los pies sobre la tierra y se den cuenta que hay millones de personas que no tienen trabajo y que sufren de hambre?”
Salvador Allende

1 comentario:

dfsaril dijo...

Una cruda realidad de nuestros pueblos. Comparto los criterios, en especial dos: que no hay acceso a los alimentos, y que "un cuerpo sin alimento… es capaz de lo que sea
para sobrevivir en la tierra"