No tengo miedo de tus besos,
tengo miedo del poco tiempo
que tengo para ellos.
No tengo miedo de tus labios,
tengo miedo de que al probarlos,
no quiera nada mas que esos,
besos y mas besos,
que el alma me pide
y el corazón me implora,
en la noche y en la aurora
de estas vidas cautivas.
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