Al final, sólo se tiene lo que se ha dado
Isabel Allende
Alguien se sorprendió,
de aquello que recibió,
cuando pidió ayuda.
No alcanzaba a entender
aquella solidaridad,
que llegaba y llegó,
a mitigar el dolor
y el momento amargo.
Aquello que debería ser,
una característica del ser,
ha dejado de serlo:
dar sin esperar nada,
dar por el gusto de hacerlo,
dar porque se puede,
dar porque se debe,
dar porque nos hace dignos,
dar porque nos hace humanos.
Es un dar,
sin fotografías ni poses.
Sin que ello se convierta
en una deuda,
en un favor por pagar.
Es un dar, que no es,
una estrategia de campaña
que busca convertir a ese dar,
en un pretexto para maquillar
la personalidad del que da.
En fin,
dar porque eso te transforma,
porque eso se convierte
en tu impronta y forma de vida.
Y no es solamente dinero,
bienes o cosas.
Dar tiempo, amor, escucha,
apoyo, aliento, confianza, respeto,
dignidad, prudencia, oídos,
oportunidades, libertad,
espacio, comprensión,
tolerancia… no hay límite
en eso del dar.
Piensa en todo lo bueno
y todo lo mejor que quieres
y quisieras para los que amas,
pues eso… es lo que debes dar.