Creo que la imaginación es más fuerte que el conocimiento.
Que el mito es más potente que la historia.
Que los sueños son más poderosos que los hechos.
Que la esperanza siempre triunfa sobre la experiencia.
Que la risa es la única cura para el dolor.
Y yo creo que el amor es más fuerte que la muerte.
Robert Fulghum
Parecería ser
que las soluciones se acabaron,
que ganaron los malos,
y que hay muy poco por hacer
en este mundo acabado.
Parecería ser
que no aprendimos nada
de las guerras, holocaustos y matanzas.
De las sequías, las inundaciones
y del hambre que mata.
Parecería ser
que nada dejó en nosotros
la muerte de tantos inocentes
a manos de una pandemia macabra
y unos liderazgos mediocres.
Nos contagiamos
de aquel espíritu nefasto
que nos lleva de su mano
a pensar que todo es malo
y que bajar los brazos
es la señal adecuada.
Y en plena depresión, desasosiego,
tristeza y dolor de corazón,
me encuentro con la invitación
y con el reto del poder de la imaginación.
Y no solamente imaginar,
y dejar allí las cosas,
si no imaginar, una y otra vez,
imaginando los caminos, las vías,
las condiciones, las personas,
las situaciones, los lideres,
los entornos y las decisiones,
que hacen que las cosas pasen
que las situaciones sucedan,
que los cambios lleguen,
y que la desesperanza se apague.
Imaginar una y otra vez,
que no hay futuro sin imaginación,
ni imaginación sin futuro…
Que somos una suerte de
eternos amantes de la imaginación
y sus realidades.