No ha aprendido las lecciones de la vida
quien diariamente no ha vencido algún temor
Ralph Waldo Emerson
“Tengo miedo”,
Dijo ella,
“¿qué te preocupa?,
le preguntó,
“equivocarme”,
respondió.
“Si actúas,
a pesar de tus miedos,
habrás vencido tu temor,
habrás aprendido,
que actuar y equivocarse,
que actuar y acertar,
es crecer, es aprender”.
Todos los días,
en algún momento de la vida,
el miedo es compañía.
Tomar decisiones,
hacer o dejar de hacer,
hablar, callar,
tomar partido o alejarse.
En cada una de esas acciones,
el miedo es parte del ingrediente
de lo que llamamos vida.
Podemos actuar por miedo,
y dejar de intentarlo.
Entregar todo al “qué dirán”
y ser lo que nos digan que seamos.
Admitir que no podemos ser nosotros
y unirnos a un rebaño,
que actúa por miedo
quedando bien, por quedar,
así por dentro se sienta mal.
Podemos actuar,
a pesar del miedo,
y que esa sea una alerta
para hacer una pausa,
poner las cartas sobre la mesa
pensar, analizar,
algo de razón, algo de corazón
y actuar.
Y, al actuar, seguir,
corregir, ajustar y vivir.
Porque el miedo volverá,
una y otra vez.
Que nos impulse,
que no secuestre nuestro ser.
Que sea reto
y no un infierno.