domingo, 31 de diciembre de 2023

Hoy

Hoy… lo pienso

y encuentro personas 

que sin su presencia,

este año no hubiese sido posible.


Ni mejor, ni peor,

un año más, o un año menos,

que cada quien lo juzgue

con su propio criterio.


Pero, esas personas,

(sus nombres son míos),

estuvieron allí:

en las risas y alegrías,

en las tristezas, en la penas,

en las dudas, en las desesperanzas,

en la ilusión y en la añoranza.


No sería  (yo) sin ellas,

sin esas personas mágicas.


No sé cómo será el mañana,

lo que si sé

es que quiero ser como ellas,

y que ellas estén junto a mi.


Un gracias no basta.

Para ellas: estoy aquí.





jueves, 28 de diciembre de 2023

Promesas y deseos

Más vale un “toma”, que dos “te daré”

Anónimo

El deseo es como un río, conserva el mismo nombre, 

pero sus aguas están en constante cambio

Eduard Douwes Dekker

El curioso tiempo

de las promesas y deseos,

toma fuerza 

en ciertos momentos del año.


Parecería,

que sí o sí,

hay que prometerse

o prometer algo,

lo que sea,

mucho o poco,

posible o imposible,

real o imaginario.


Con el deseo pasa igual,

nos sirve para soñar

el escenario más lúgubre,

o una realidad deseable,

que nos muestre y nos diga

que somos ese algo que deseamos,

que saldremos del capullo

moviendo nuestras alas.


Son buenas o malas,

las promesas y los deseos,

si no tiene en cuenta

tiempos, limitaciones, condiciones

y momentos.


Buenos o malos,

si son motor de cambio,

o un pretexto para hacer daño.


Promesas y deseos,

tan presentes y ausentes a la vez,

tan esperados y tan criticados,

y  por ello,

ocupan un especial lugar

dentro de nuestra vida,

dentro de nuestro corazón

y en el convivir de la humanidad.


Prometí  callar

y aquí me encuentro

deseando que mi palabra

me lleve siempre

por el camino de lo que deba decirse,

como suma y no como división o resta.



lunes, 25 de diciembre de 2023

Tristeza

La tristeza no se va nunca.

A veces descansa,

otras, despierta intensa,

pero no se va nunca.


Es especial su presencia:

no siempre la quiero,

pero hay veces que,

cuando llega,

deja en mi, profundas enseñanzas.


jueves, 21 de diciembre de 2023

Cuando huele a podrido…

Nadie piensa, donde todos lucran; nadie sueña, donde todos tragan

José Ingenieros (El hombre mediocre)

La reacción de alguien,

que se encuentra con algo podrido,

es de inmediato asco,

repugnancia y decepción,

incluso molestia.


Esperabas que algo esté bien,

y cuando lo abres,

cuando lo descubres,

era algo dañado, algo podrido.


Esa es, por desgracia,

algo que pasa en nuestros días.

En todo momento, a toda hora,

llegan reportes noticias

e investigaciones

que nos cuentan y nos dicen

lo podrido que está nuestro entorno:

malandros, narcotraficantes, terroristas,

delincuentes de todo tipo,

policías, militares, jueces, políticos,

ministros, ministerios y gobiernos,

envueltos, salpicados y parte de mafias

que en medio de crisis humanas,

aprovecharon el momento

y los momentos

para hacerse con el poder

y con los poderes

que les permiten hacer y deshacer

en un país que pende de un hilo.


Eso no era posible

sin unos cómplices,

sin aquellos que servirían de testaferros.

No era y no es posible,

sin autoridades sobornables,

sin jueces corruptos,

sin ciudadanos malvados

que pusieron a su familia por delante

para ganar dinero mal habido,

a pesar del dolor de los ciudadanos.


La mafia y el delito,

lucra, porque encuentra en nosotros

el caldo de cultivo

para su fórmula perfecta:

corruptores y corruptos,

delincuentes y colaboradores con la delincuencia.


No solamente es una cuestión de cárceles,

penas, sanciones, armas y municiones,

sin educación y valores

la población abandonada

será el socio ideal de una delincuencia

que, al contrario del estado y la sociedad,

sí, se encuentra organizada.


viernes, 15 de diciembre de 2023

El propósito

Si no sabes adónde vas ningún camino es bueno

Rafael Chirbes ,"En la orilla"


Que la vida no pase,

como un contar los días,

sin necesidad de saber un por qué.


Que los días tengan,

un por qué vivirlos,

a pesar de las circunstancias.


Que los días signifiquen,

un tiempo que se vive

por un por qué y un para qué.


Que en la peor oscuridad,

el camino tenga destellos,

de ese por qué.

Que el detenernos sirva para algo,

que el caminar, también.


Que no seamos una especie

de máquina que repite movimientos,

que cumple una función

sin sentimiento y vocación.


Pensar en el propósito,

resulta ser clave a la hora de caminar,

a la hora de vivir.


El propósito, no es solamente el camino,

es nuestro camino, y eso lo hace sublime.

El propósito, aquello que nos inspira,

aquello que nos motiva,

aquello que enciende y mantiene

una llama en el corazón,

a pesar de los ventarrones,

de las oscuridades, de las invasiones,

de las bajezas y las maldades.


Pensar en el propósito,

en nuestro propósito,

es pensar en nosotros,

en lo que fuimos, en lo que somos,

en lo que seremos… en lo que dejaremos.


El propósito no evitará

que desviemos el camino,

pero nos recordará

hacia dónde debemos caminar.

El propósito es nuestra impronta

burilada de tal forma,

que nos refleja, nos describe,

nos define.


Visto así,

ningún tiempo será

mucho o poco,

al momento de pensar,

repensar, diseñar, definir

y caminar sobre el propósito,

sobre nuestro propósito,

el cual tendrá necesariamente

ingredientes de humanidad,

solidaridad, tolerancia, buena fe,

sentido común, constancia y perdón.


viernes, 8 de diciembre de 2023

Sobre el ser felices

Pero existe algo que el tiempo no puede, a pesar de su innegable capacidad destructora, anular: y son los buenos recuerdos, los rostros del pasado, las horas en que uno ha sido feliz

Julio Cortázar 

Muchos debates y criterios,

en torno a la felicidad y sus matices.

¿Lo somos en realidad?

¿Llegamos a ser felices en algún momento?


¿Quizá la felicidad sea esquiva,

por el peso que le damos,

a los momentos y a las cosas negativas?


¿Quizá la felicidad es esquiva,

porque creemos poco en nosotros

y nos queremos menos aún?


Personas, momentos, acciones,

rostros, tiempos, hechos,

marcan segundos, minutos y espacios 

de eso que llamamos felicidad.


Aquello que nos alegra el alma, 

que nos llena.

Aquello que hacernos

sin otro interés

de hacerlo bien.

Aquello que construimos,

aquel encargo que asumimos 

con el único deseo

de lograr el objetivo.


Aquello que nace,

en o de nuestras manos,

sin forma definida,

y que luego se transforma

en beneficio de pocos o muchos.


En fin, 

la felicidad debe estar allí.

en eso que hacemos con y por amor.

A pesar,

de que en ese caminar,

en ese saborear brevemente la felicidad,

nos encontremos con 

personas y actitudes

que desdigan  lo que hacemos.


Que la felicidad también sea,

hacer las cosas,

a pesar de aquellos

que buscarán la forma

de hacernos daño

y dañar aquello

que hicimos con amor

y nos permitió conocer

y saborear la felicidad.