Te vas,
y luego regresas,
a veces llena,
a veces creciente.
Te vas,
y luego regresas,
me muestras tu cara,
puedo verte brillante,
siempre en la noche,
siempre en la madrugada.
Te vas,
y luego regresas,
y aunque sabes
que estoy a tu espera,
siempre tardas en llegar…
pero cuando llegas,
pequeña y luego plena,
me alegras la vida,
das luz a mis ojos,
aliento a mi alma,
alivio a mi corazón,
y movimiento a mi cuerpo.
Te vas,
y cuando regresas,
me curas la pena de tu ausencia,
las ganas de mirarte,
el deseo de tocarte,
de estar ahí,
donde apareces,
y desde donde te pierdes.
Te vas,
pero se que volverás,
y como siempre…
me amarás…
hasta irte nuevamente,
luna, mi luna amada.
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