Recojo los pedazos
de tu corazón herido,
regados en el piso,
del transcurrir de los días.
Los guardo en mi alma,
para que sanen primero,
para que tengan calma,
y luego unirlos en un corazón nuevo.
Recojo los pedazos
de tu corazón herido,
para que duerman conmigo,
para darles abrigo.
Los riego con tus suaves lágrimas,
los beso, los mimo,
les doy mi cariño,
para que vuelvan pronto a la vida,
y se queden a vivir en mi alma.
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