Como se fue el maestro
la luz de esta mañana
me dijo: van tres días
que mi hermano... no trabaja.
¿Murió?... Sólo sabemos
que se nos fue por una senda clara,
diciéndonos: Hacedme
un duelo de labores y esperanzas.
Sed buenos y nada más, sed lo que he sido
entre vosotros: alma.
Vivid, la vida sigue,
los muertos mueren y las sombras pasan,
llevan quien deja y viva el que ha vivido.
¡Yunques, sonad! ¡Enmudeced, campanas!
y hacia otra luz más pura
partió el hermano de la luz del alba,
del sol de los talleres,
El viejo alegre de la vida santa.
¡oh sí! llevad, amigos,
su cuerpo a la montaña,
a los azules montes
del ancho Guadarrama.
Allí hay barrancos hondos
de pinos verdes donde el viento canta.
su corazón reposa
bajo una encinta casta,
En tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas...
allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.
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