Hay días
en los que las palabras sobran,
porque es mejor que no estén,
porque es mejor no decirlas.
Hay días
en los que las palabras sobran,
porque tienes como cortada la garganta,
de tanto gritar sin voz,
de tanto llorar para adentro.
Hay días
en los que las palabras sobran,
entonces es mejor callar,
a esperar a aquellos días
en los que la palabra fluye,
libre, alegre, fuerte… amigable.
Hay días
en los que las palabras sobran,
y que solo el abrazo cura,
el dolor del alma,
herida por la palabra burda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario