Esta es una oración,
una eterna petición,
ahora que estás lejos,
muy lejos de mi,
solo quiero decir,
que no hay nada en el mundo,
que el saberme hijo tuyo,
testigo de tu amor,
protagonista de tu dolor.
Tu recuerdo vive,
como vive en mi tu sonrisa,
tu eterna alegría,
tus noches de fantasía,
tus días entregada,
a tu hogar… a tus sueños de hada.
Tu cuerpo se ha ido,
pero queda tu alma,
en el corazón de tus hijos,
tus enseñanzas,
tu fuerza… tu templanza,
para que seamos testigos,
y protagonistas plenos,
de tu legado eterno.
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