jueves, 17 de octubre de 2024

Sobre la indolencia

El estado más impugnable de los seres humanos es el de la indolencia

Miguel Gutiérrez


Todos esperamos 

que los servicios públicos,

estén al alcance de todos,

se manejen de forma honesta

y también responsable,

lo cual incluye el ser eficientes.


Quien aspira a servir,

desde cualquier espacio

que brinda el Estado.

Quien representa a un colectivo,

quien dirige un grupo,

pequeño o grande de personas,

de servicios en general

y de servicios públicos

en particular,

debería tener presente

estas pautas de sentido común.


Por desgracia,

la realidad es otra

y debemos mendigar

que un servicio público

brinde mínimas garantías

de cobertura a todos,

sirva de algo

y que no lo destruyan

y se lo repartan

los corruptos y mafiosos

que controlan el poder.


Nos acostumbramos,

para desgracia general,

a la mediocridad 

y a la inexistencia

de varios servicios públicos.


Y, lo que es peor,

sentimos con más fuerza cada día,

con acciones, inacciones,

silencios y desaciertos

la indolencia

de los diversos niveles

del servicio público.


Sentimos la falta de interés,

la desmotivación,

la falta de acción,

la negligencia,

frente a situaciones

dramáticas,

frente a la pérdida 

de oportunidades,

frente a un creciente

sentimiento de desesperanza.


Esa indolencia,

incluso demuestra

el desinterés

y la despreocupación

ante una responsabilidad

que se asumió

y para la que se dijo

que se tenían las competencias

para asumirla.


Se puede entender

que haya incapacidad,

pero no se puede aceptar,

bajo ningún aspecto,

la indolencia ante el dolor.


Visto lo cual,

el ciudadano, el elector,

luego de llorar y gritar,

debe actuar

y construir, acordar y poner en marcha

nuevas formas de organización

que hagan contrapeso

a la indolencia perversa

de un servicio público,

que ha demostrado

que no está a la altura

de la dignidad de sus ciudadanos.


No hay comentarios: