En la oscuridad,
se presentan varios caminos:
el de la desesperanza,
el del miedo y la desesperación.
También
hay caminos de angustia y desolación.
Esos caminos,
o esas opciones,
impiden ver otros,
No más fáciles,
pero sí esperanzadores,
no más sencillos,
pero sí únicos y retadores.
Los ojos ya no son necesarios,
pues vemos
a través de otros sentidos,
que nos permiten ver
aquello que hasta ahora
era invisible.
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