Hay una delicada línea,
entre las endorfinas,
y la ansiedad que crece
por la búsqueda, tránsito,
triunfo o fracaso,
de aquello que llamamos vida.
Tu equilibrio espiritual,
te permitirá flotar
en medio de la tempestad,
o te permitirá disfrutar,
de un logro
sin abandonar la realidad.
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