jueves, 3 de octubre de 2024

Adaptarnos, adaptarse

 No puede impedirse el viento. 

Pero pueden construirse molinos

Proverbio holandés


Hoy somos,

diferentes al ayer.

Lo que ayer vivimos,

nos lleva a sumar,

para bien o para mal,

vivencias, hechos,

momentos que nos dejan

una marca, una sensación.


Lo que vivimos,

suma a nuestra forma de ser.

Es una suerte de movimiento,

cambio, evolución.

Lo que hagamos o no con ello,

depende de nosotros,

y a nosotros nos afecta

de formas diversas.


Podemos renegar,

apoltronarnos

decidir no movernos,

asumir que no cambiamos,

a pesar de que si lo hacemos,

queramos o no.

Pregúntale a la balanza,

al espejo… a tu cuerpo.


Adaptarse es entonces,

un valor para transitar,

para vivir este camino.

Adaptarse es entonces,

la flexibilidad necesaria

para ajustar hábitos,

prácticas y costumbres

a nuevos momentos:

planificados o imprevistos.


Adaptarse es entonces,

entender que hay movimiento.

que en algún momento,

las cosas dejarán de ser como son

y serán de otras formas,

y que esa situaciones 

requieren de nosotros

tolerancia, resiliencia

comprensión y sentido común.

Es decir: adaptación.


Adaptarse no es,

renunciar a los propios sueños,

bajar la cabeza

y someterse sin reflexión.

Adaptarse no es,

dejar que todo pase,

“porque no hay nada que hacer”.


Adaptarse no es,

ni debería ser

una rendición 

ante las circunstancias

y las personas que provocaron

nuestra necesidad de adaptarnos.


Que el adaptarnos 

sea también,

tiempo para pensar,

diseñar y poner en marcha,

los cambios que creemos necesarios,

para que esa vida: 

solos o en compañía,

tenga un verdadero sentido

y también propósito.



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