viernes, 23 de mayo de 2025

La peligrosa costumbre

Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, 

y es no resignarse

Ernesto Sábato


¿Es imposible hacer algo

contra aquella peligrosa inercia

que nos lleva a pensar

que nada puede cambiar,

porque ya es como es?


Nos acostumbranos,

con una facilidad increíble, 

a diversas situaciones

y diversas condiciones.


Puede ser adaptación,

en unos casos

y resignación,

en otros.

Siempre desarrollando 

la necesaria capacidad

de poder distinguir

entre adaptación

y resignación.


Los tiempos,

las circunstancias,

las condiciones,

las personas

y los entornos

cambian siempre,

por ello

adaptarse y saber hacerlo,

es fundamental.


Lo peligroso,

creo yo,

es resignarse a algo

que sabemos que está mal,

pero que declaramos

imposible de cambiar.

Lo que es peor,

nos convertimos 

en parte de ese algo.


Asumir que la mediocridad,

es parte constitutiva de la política,

que la corrupción ganó la batalla,

que la violencia es la forma

de combatir la violencia.

Que hay verdades absolutas,

o absolutos diciendo verdades,

que el caos es inevitable;

es resignarse,

es acostumbrarse a algo,

que lo repiten muchos,

y que no por ello, está bien.


Acostumbrarse

al hecho de que para triunfar,

debes hablar mal

de todos los que hacen el bien.

Acostumbrarse 

a irrespetar,

como norma para imponer

una forma de ser.


Acostumbrarse

al esfuerzo mínimo, 

al rumor, al desorden,

a la envidia, a la violencia,

nos hará cada día

menos humanos.


Por lo tanto,

lo que menos podemos

es acostumbrarnos

a la mediocridad

y a lo que sabemos

que no está bien

y que no hace bien a la humanidad.

Sabiendo que esa humanidad

son: tu propia familia

o personas que no conocerás jamás.


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