Los recuerdos
tienen sabores diversos,
porque evocan momentos,
personajes y tiempos.
Son lo que se vivió,
son parte de nuestro pasado,
son parte de los que somos,
Y, seguramente,
de lo que seremos…
recuerdos.
Los recuerdos
tienen sabores diversos,
porque evocan momentos,
personajes y tiempos.
Son lo que se vivió,
son parte de nuestro pasado,
son parte de los que somos,
Y, seguramente,
de lo que seremos…
recuerdos.
Vida...
una suma de todo,
encuentros, saludos,
despedidas.
Vida...
lo que das,
lo que te entregan.
Lo que pierdes,
lo que ganas,
lo que quieres,
lo que se irá.
Vida...
lo que quedará
luego de que te hayas ido.
No siempre es lo que planificas,
cuando lo planificas
o, como lo planificas.
Por ello,
tu capacidad de improvisación
y también de tolerancia,
son claves
En cualquier momento de la vida hay un tiempo para observar,
otro para comprender y otro para actuar
Pierre Lemaitre
El lenguaje de la salud,
utiliza dos conceptos,
que tienen que ver con el dolor,
(seguramente hay otros,
pido disculpas por la ignorancia),
pero, a efectos de esta reflexión,
quiero hablar de: umbral
y la tolerancia,
(conceptos de salud),
pero aplicados
a la conflictividad social.
¿Cuáles son
o cuáles deberían ser
los límites en cuanto
a lo que podemos soportar
o aceptar, antes de que una situación,
un hecho, unos hechos,
unas decisiones,
unas inacciones,
causen o causan
daño y dolor en una sociedad?
Es muy peligrosa,
aquella actitud mezquina,
que lleva a pensar
que mientras un determinado mal
no me afecta o me daña,
me da igual
lo que otro u otros,
sufran a causa de ese mal.
Dejar que una situación,
que unas realidades
afecten a los miembros de una sociedad,
con seguridad,
a los más vulnerables,
habla muy mal,
no solamente de las autoridades,
si no de los vecinos
y de sus comunidades.
¿Perdimos ese sentido de comunidad?
¿Perdimos la sensibilidad de preocuparnos,
incluso del extraño, del desconocido,
del que sufre, fruto de la irresponsabilidad,
de quieres tienen la obligación legal y moral,
de velar por el bienestar de los ciudadanos?
Nuestro umbral y tolerancia al dolor,
parecen lejanos.
El poder en el poder,
luego del voto,
se apoltrona en el asiento
y se apodera de lo que es de todos,
y pierde el sentido del deber,
del trabajar sin descanso
para que las condiciones
de inequidad cambien,
para que los servicios sirvan,
para que las instituciones trabajen,
y para que los ciudadanos
cooperen y se eduquen
en un sentido de civismo real y humano.
No es posible,
que haya lugares,
sumidos en el olvido,
en el descuido del administrador de turno,
y en un drama humano
que no logra hacer eco en ninguna instancia
de eso que llamamos poder.
¿Qué hacer,
cuando los que deberían hacerlo,
no lo hacen?
La no violencia,
cuenta con una serie de herramientas,
pues no se trata, solamente,
de un cambio de personas,
si no, y, sobre todo,
se trata de un cambio de mentalidad
y de actuar ciudadano:
responsable, consciente, solidario,
comprometido, honesto,
tolerante y propositivo.
Diagnósticos y quejas,
ya están en la mesa.
Es tiempo de organización,
unión, ideas y acción.
Si somos lo que pensamos,
pensemos en grande,
pensemos bonito,
pensemos hermosas cosas,
pensemos en los que amamos...
pensemos en los que nos aman.
Pensemos,
en cómo mejorar y sanar,
nuestros propios pensamientos.
La motivación,
será siempre necesaria.
Siempre debemos trabajar
por mantenerla viva, pero...
la motivación sola,
se transforma en quimera.
Necesitamos rodear de hábitos
a esta motivación sincera.
A todo esto junto,
podemos llamar vida,
con propósito y sentido
No sólo es decirlo,
no sólo es decretarlo.
Tienes que creértelo de tal manera,
que para ti se convierta en
intensión, atención,
emoción, significado
y acción
Hay personas,
que hacen amargo el día
y la vida misma.
En compensación,
hay otras,
que te alegran el corazón,
te ilusionan y te dan vida.
Ser las segundas,
de forma natural y sincera,
es desarrollar
sentido de amor y honestidad.
En ti está el poder
de perdonar, de amar,
de seguir adelante,
y de recordar con nostalgia,
pero sin rencor,
aquella presencia
que pudo ser y no fue.
Que el presente
y también el futuro te den,
la oportunidad de caminar
sin tener que cargar
rencor alguno,
y dejar abierta siempre la puerta
del reencuentro y el abrazo
Palabras que cuentan pasados,
palabras que describen presentes,
palabras que escriben deseos,
palabras que construyen futuros
Ser uno mismo en un mundo que
constantemente trata de que no lo seas, es el mayor de los logros
Ralph Waldo Emerson
Casi sin darte cuenta,
o, sin darte cuenta,
sigues un guión
que alguien escribió,
que alguien decretó
que alguien validó
y te encuentras siendo todo,
menos lo que deberías ser
o lo que quieres ser.
“Estar donde puedo ser”,
es quizá, el mejor lugar,
y quizá es también,
un lugar complejo para llegar.
La autenticidad
es en sí, una de las bellezas necesarias
para construir humanidad
para sostener una sociedad.
Ese guión impuesto,
frena la espontaneidad,
asfixia la autenticidad,
y nos convierte
en aquello que se valida
y que se aprueba
porque el guión así lo dice,
y porque con ello
encajamos en aquello
que nos dicen
debemos encajar.
Compleja tarea
construir la belleza
de la espontaneidad
y la autenticidad.
Pues no se trata,
de ser como como somos,
independientemente de los demás.
O, que nos acepten,
porque así somos,
y no vamos a cambiar.
La autenticidad,
es fruto de un continuo cambio,
de un descubrirnos
sin descanso, sin cesar.
La autenticidad,
nos necesita coherentes,
activos, pensantes
y eternos navegantes
de nuestro mundo interior.
Quizá,
si llegáramos a desarrollar
dotes de autenticidad,
pudiésemos ser vulnerables,
porque nos mostramos como somos,
y esa es una virtud
y a la vez una ventana
por donde podrían entrar
a hacernos daño y atacar.
Pero, nada se compara,
con el gusto de saber que se camina,
construyendo ese yo
lo más auténtico posible.
Y mientras eso sucede,
nos alejaremos de posturas
y comportamientos
que tienen que ver
con la envidia, la murmuración,
la mala fe, la corrupción,
y otras podredumbres más,
de quienes asumieron
que eso deben ser
para poder triunfar
y supuestamente ganar,
en una carrera
que solamente ellos corren.
Encerrar hacia adentro,
el dolor y el despecho
podría contaminar
de a poco,
el corazón y el aliento
Mi dulce niño,
cierra tus ojos, descansa.
Tu hermoso corazón,
no entiende el mundo,
ni de ayer ni de hoy.
Mi dulce niño,
cierra tus ojos, respira.
Necesitas que el aire
llene tu cuerpo de vida.
Mi dulce niño,
cierra tus ojos y regresa,
al tiempo donde eras,
lo que hoy quisieras,
lo que hoy necesitas,
lo que hoy no encuentras.
Mi dulce niño,
mi oración por ti,
por tu paz, por tu tranquilidad.
Mi oración para que te des
esa necesaria oportunidad
de hacerte el bien
de caminar en paz.
Las palabras, al igual que las personas,
tienen la importancia y el efecto,
qu tú les das, que tú les otorgas
¿Fuerte?
quien logra cargar su propio peso,
y transformar la carga
en su propio motivo y alimento
Te verán caminando,
te verán intentando,
te verán acertando,
te ver errando.
Querrán etiquetarte,
en el grupo de los “buenos”
o en el de los “malos”;
Lo que no querrán reconocer,
es que eres,
del grupo de los que lo intentan,
de los que no se detienen,
de los que tienen esperanza
Conocer mucha gente,
no es sinónimo
de tener muchos amigos.
Tener amigos,
es sinónimo de tener en la vida,
cobijo y compañía plena
Respetarnos
y aceptar nuestras diferencias.
A partir de allí,
podemos construir,
lo que sea, pero construir
lo que nos haga bien
Ha sido un duro camino
-dijo, mientras tomaban un descanso-
¿Qué tan duro?
-le preguntaron-
Durísimo, de haberlo sabido,
no hubiese empezado,
muchos... lo han abandonado
-contestó recordando tiempos pasados-
Pero... ¿ha valido la pena?
-preguntaron otra vez-
Cada lágrima, cada alegría,
cada noche y cada día,
han valido la pena...
Sin duda, lo volvería a caminar...
-se levantó y siguió el camino-
Los corazones humanos no se unen sólo mediante la armonía. Se unen, más bien, herida con herida. Dolor con dolor. Fragilidad con fragilidad. No existe silencio sin un grito desgarrador, no existe perdón sin que se derrame sangre, no existe aceptación sin pasar por un intenso sentimiento de pérdida. Ésos son los cimientos de la verdadera armonía
Haruki Murakami
Nos aquejan,
como colectivo y sociedad,
muchos males y complejidades.
Rodeados de la irresponsabilidad,
de algunos encargados del poder,
sufrimos por la carencia
de actividades y servicios
fundamentales para la vida:
salud, educación, justicia,
cuidados físicos y mentales.
Una gran cantidad de ciudadanos,
en diversos lugares del mundo,
se encuentran presos,
en regímenes o condiciones
de supuesta libertad y democracia.
O, son presos,
de cruentas guerras y matanzas,
que se cobran vidas inocentes
enriqueciendo egos y billeteras.
Ciudades y poblaciones,
grandes o pequeñas,
están a merced de improvisados en el poder,
que olvidaron la palabra “servicio”,
que la cambiaron por “sacrificio”
mientras cultivan su propio ego
al sonido de voces de sirenas,
de sus propias huestes
que les cantan las mentiras
de supuestas glorias y alabanzas.
Si bien nos unen,
lazos de familiaridad,
de lugar natal, de historia,
de costumbres y vivencias.
También nos une
el dolor y la desgracia
del abandono, la violencia
y la inoperancia
de quienes tienen la responsabilidad
de cuidar lo que es de todos,
lo que sirve a todos
lo que servirá a los que llegan,
y los que están por llegar.
No logramos armonizar,
a pesar de las desgracias.
Estamos solos, desunidos y dispersos,
lanzando quejidos al viento,
cada día… todos los días.
¿Cuánto dolor deberá pasar,
para que podamos entender
que solos, no lograremos,
hacer frente a los complejos frentes
que nos aquejan.
Más allá de las diferencias,
de las creencias,
de las prácticas,
de las visiones,
de las percepciones,
de nuestras diversas realidades,
la única forma de hacer frente
y transformar las condiciones
que hoy componen cada realidad,
es pensar y actuar
de forma colaborativa,
solidaria, tolerante, respetuosa,
responsable y humana,
es decir: armónica.
Nos necesitamos juntos,
nos necesitamos armónicos,
nos necesitamos humanos.
Es verdad que está oscuro,
pero, a pesar de ello,
la vista se acostumbra,
a entender las sobras,
y a caminar despacio,
hasta que algo de luz,
aclare el camino.
Despacio,
es tiempo de caminar despacio.
Si descubrieras
que en la vida tuvieras
un tiempo para regalar,
¿a qué actividad desearías,
poderte dedicar?
Eres,
a pesar de lo que piensan
lo que eres y cómo eres.
Eres,
o deberías ser,
el proyecto más importante
de tu vida.
Eres,
y debes ser,
eso que quieres,
eso que construyes,
eso que criticas,
eso que anhelas;
eso, y no lo que otros quieren
que seas o debas ser
Las palabras
pueden alegrar o matar.
Tienen el poder
de alentar o dañar.
Cuidar la forma de decirlas,
como de recibirlas,
nos permitirá vivir
de una forma mejor
Aquí estoy...
no lo dudes jamás.
A veces en silencio,
otras, con más ganas de charlar,
pero siempre para escuchar
lo que tu dulce voz
me quiera contar
Continuamente sigo adelante y adelante para aprender sobre mis propias limitaciones: las físicas, las psicológicas. Es una forma de vivir para mí
Ayrton Senna
En ese lenguaje tácito
que suele usar la vida,
leemos un poco tarde,
-mas tarde que temprano-
que llenamos nuestro tiempo
de demasiados “debería”
o… “podría”,
en un intento
de abarcarlo todo,
cual malabaristas de la vida.
De pronto la vida,
golpea, duro o suave,
pero golpea,
y nos muestra
que no siempre
se puede con todo,
que no conviene asumir
ese peligroso rol,
sin que ello signifique
derrota alguna.
Al contrario,
esta limitación humana,
es curiosamente
una liberación en sí,
cuando la descubrimos,
la asimilamos y la aceptamos.
Definitivamente,
no podemos con todo a la vez.
Nuestra humanidad finita,
nos debe, o debería,
llevar a trabajar en identificar
y priorizar lo esencial:
pilar, base y motor
de aquello que para nosotros
nos sostiene, motiva e inspira.
No podemos con todo a la vez,
entonces es necesario
soltar y enfocarse.
No toda la carga es necesaria,
no toda la carga es nuestra,
no todo lo que llevamos
es sano, bueno o necesario.
Necesitamos
un proceso deliberado (consciente)
de selección, dirección y sostenimiento
de recursos mentales y físicos
hacia un objetivo claro.
Con todo a la vez,
imposible,
más aún sin saber a dónde vamos,
y con una carga innecesaria.
Llegar a encontrar un propósito
que nos inspire,
es entender que no podemos
con todo a la vez.
¿Cuándo empezar?
Ahora,
palabra escrita siempre en presente.
Dejo en el camino,
el tiempo necesario
para escuchar tu voz,
tus palabras, tus mensajes
y tu corazón de oro
Trabajar para tener, y mantener,
el valor de hablar, de decir,
de conversar, de reflexionar...
de escuchar
Sentir ese viento
sentir lo que siento
en pleno camino
a la sensación brutal.
Allá donde el sol sale
allá donde la luna cae…
(Era Vulgar)
Muchos caminan solos,
pensando en que su tristeza es única.
Deben saber, que algo que nos es común,
es también, algún tipo y forma de tristeza o pena
Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad,
y es no resignarse
Ernesto Sábato
¿Es imposible hacer algo
contra aquella peligrosa inercia
que nos lleva a pensar
que nada puede cambiar,
porque ya es como es?
Nos acostumbranos,
con una facilidad increíble,
a diversas situaciones
y diversas condiciones.
Puede ser adaptación,
en unos casos
y resignación,
en otros.
Siempre desarrollando
la necesaria capacidad
de poder distinguir
entre adaptación
y resignación.
Los tiempos,
las circunstancias,
las condiciones,
las personas
y los entornos
cambian siempre,
por ello
adaptarse y saber hacerlo,
es fundamental.
Lo peligroso,
creo yo,
es resignarse a algo
que sabemos que está mal,
pero que declaramos
imposible de cambiar.
Lo que es peor,
nos convertimos
en parte de ese algo.
Asumir que la mediocridad,
es parte constitutiva de la política,
que la corrupción ganó la batalla,
que la violencia es la forma
de combatir la violencia.
Que hay verdades absolutas,
o absolutos diciendo verdades,
que el caos es inevitable;
es resignarse,
es acostumbrarse a algo,
que lo repiten muchos,
y que no por ello, está bien.
Acostumbrarse
al hecho de que para triunfar,
debes hablar mal
de todos los que hacen el bien.
Acostumbrarse
a irrespetar,
como norma para imponer
una forma de ser.
Acostumbrarse
al esfuerzo mínimo,
al rumor, al desorden,
a la envidia, a la violencia,
nos hará cada día
menos humanos.
Por lo tanto,
lo que menos podemos
es acostumbrarnos
a la mediocridad
y a lo que sabemos
que no está bien
y que no hace bien a la humanidad.
Sabiendo que esa humanidad
son: tu propia familia
o personas que no conocerás jamás.
Esta vida,
intensa, compleja,
retadora y agobiante,
es a la vez,
lo único que tienes
para ser,
lo que quieres ser
Es tan deliciosa
la oportunidad de dialogar,
sobre todo con una persona
con la que se puede hablar
La esperanza nunca muere,
es heredada por un corazón
dispuesto a darle cobijo,
amor, ternura y vida
Que llegue ese día,
que llegue ese encuentro,
que llegue el fin de lo pendiente.
Que dediquemos tiempo,
al necesario tiempo de hacer
lo que da vida, calor al alma
y sentido a la razón
Eres mi paz, mi fe y mi alegría.
Espero que algo de eso,
veas en mi...
(le decía en su mente, mientras la miraba vivir)
La competencia,
si la hubiera,
no era contra nadie de fuera...
la competencia era interna,
contra los propios miedos,
contra los propios malos pensamientos
No dejes de ser tu...
No dejes de ser
eso que construyes cada día,
eso que dudas, a veces,
eso que temes,
eso que necesitas ser
Escuchar es amar
De la película: Héctor y el secreto de la felicidad
Dice un filósofo,
que tal como va el mundo,
un arte que se necesita
y que se necesitará
con más y más fuerza,
será el de saber escuchar.
La escucha nos lleva
a un ejercicio personal:
dar importancia a los otros,
a lo que les sucede,
a lo que piensan,
a lo que necesitan compartir,
a lo que quieren compatir
y que muchas veces no pueden.
La escucha necesita tiempo,
que se supone es lo que no hay.
Si queremos escuchar,
aprender a escuchar,
si queremos saber escuchar,
debemos encontrar y guardar
eso que llamamos tiempo.
Saber escuchar,
nos permitirá
entender los diversos lenguajes
con los que habla la gente:
palabras, gestos, miradas,
silencios, gritos, ausencias.
Todo habla,
si se sabe escuchar.
Saber escuchar,
para pensar
el por qué escuchamos,
lo que creemos escuchar.
Saber escuchar,
como signo de amor,
de respeto, de tolerancia,
de interés, de preocupación,
de dignidad humana.
Saber escuchar,
no siempre para opinar.
La escucha sana,
la escucha alivia,
la escucha acompaña,
la escucha es puerto,
para el que necesita
que su voz, su dolor,
su sentimiento
tenga oídos,
llegue a alguien,
que sienta y valore
aquello que escucha,
aquello que contamos,
o aquello que callamos.
Saber escuchar,
saber escucharnos.
Aprender a escuchar,
aprender a escucharnos,
tareas imprescindibles
de los seres humanos.
Hay tiempo,
hay capacidad,
para saber escuchar.
Es cuestión de quererlo,
de proponérselo
y de hacerlo.
Cada día,
es una lección de vida.
A veces sencilla,
otras compleja,
pero siempre: lección de vida
El camino de la vida,
tiene formas diversas.
Piedras, obstáculos,
espacios de descanso,
o tramos peligrosos.
En ese mismo camino,
nos encontraremos con caminantes,
que ni caminan, ni quieren caminar,
que sufren porque camines,
que te critican por la forma de caminar,
o que ponen obstáculos en tu camino.
Desarrollar la destreza para seguir,
a pesar de los obstáculos,
es darte la oportunidad
para demostrarte a ti
y por ti, de lo que eres capaz
El diálogo con el infinito,
no solamente es para pedir
También lo es,
para compartir, reflexionar,
pausar y encontrar luz
en medio de la oscuridad
Es importante saber hablar,
tanto como saber escuchar.
La escucha nos permite
conocer y conocernos,
y con ello evitar vivir
solamente bajo nuestra percepción
Desde aquel susurro de vida,
desde que pronunciaste mi nombre,
desde el primer beso,
desde los primeros abrazos.
Y también, desde aquellos diálogos,
que buscaban poner orden
en las cosas que hacía
(o dejaba de hacer).
Desde siempre
y para siempre,
en tu día,
en tus días,
no existe la forma
de expresar lo que siento…
O, quizá si la hay,
cuando te digo
que estoy aquí contigo,
como lo has estado,
siempre.
Siempre,
cuenta conmigo,
en tu día,
en tus días
(cuenta conmigo)
Te extraño,
como no tienes idea.
El tiempo ha logrado,
hacer llevadero,
el vacío de tu ausencia
Cambiamos,
con el tiempo,
con la vida,
con los golpes,
con las alegrías.
Cambiamos,
y mientras lo hacemos,
el mundo también cambia.
Cambiamos,
a veces,
sin darnos cuenta.
No somos los mismos de antes,
ni lo seremos.
Cambiamos,
¿para bien?,
¿con o sin propósito?
¿con un fin, un sueño
y una esperanza?
Llevo siempre conmigo
un abrazo,
para cuando sea necesario.
Bueno...
la verdad es que llevo,
más de un abrazo,
porque son siempre necesarios
Ante todo es necesario cuidar del alma
si se quiere que la cabeza y el resto del cuerpo funcionen correctamente
Platón
Por lo general,
solemos desechar
aquellos alimentos
que se han dañado
y que pueden dañar
al resto de otros
que tenemos en casa.
Solemos preguntar,
cuando alguien llama a la puerta
y es común,
no dejar entrar
a quien se desconoce,
peor aún
si ese alguien representa
algún peligro
o algún riesgo para nosotros.
Tratamos de cuidar,
lo que ven, leen y escuchan
nuestros niños,
evitando con ello
que su inocencia
se vea afectada.
Algunos,
cuidan también,
lo que comen,
lo que beben,
así como sus horas de sueño,
y el ejercicio
que debe hacer su cuerpo.
Es decir,
el cuidarnos parece ser,
algo importante
y que está presente
en nuestros sentidos.
No sé si seamos tan cuidadosos,
al momento de dejar pasar
al lugar donde habitan,
nuestro espíritu, nuestro corazón,
nuestro cerebro y nuestra alma,
a visitantes peligrosos
disfrazados de información,
y que al final resultan ser
rumores, envidias, mala fe,
malas intensiones y figuras similares,
que trastocan nuestro equilibrio
y nos llevan a actuar sin sentido,
sin razón
y a dedicar tiempo
a lo innecesario.
Es necesario cuidar
el espíritu y el alma.
Que sean el equilibrio
que el cuerpo necesita,
que la vida demanda
y que los sueños requieren,
para vivir una vida plena,
sin que sea necesario
parecer lo que no somos,
hacer daño a las personas
y convertirnos en uno más
de aquellos contaminados
que quieren contaminar a otros.
Un nuevo día,
una nueva semana.
Un nuevo inicio,
hojas en blanco,
para escribir nuevos capítulos.
Que nadie te detenga,
en ese empeño
de escribir y construir tus días
Es verdad,
el insoportable sufrimiento,
nos convierte en pesimistas.
Pero... también es verdad,
que toda transformación,
así sea dolorosa,
(al igual que el sufrimiento)
nos lleva a convertirnos,
a ser otros:
la idea mejores, más sabios (porque sabremos más),
pero sobre todo: más humanos
El aprendizaje es a la vez:
doloroso y atemorizante,
alegre y desafiante,
complejo y sencillo,
eterno y específico
Abro mi maleta
y encuentro recuerdos y tiempos.
Hay también nostalgia,
y muchos anhelos.
Abro mi maleta
pensando cuándo volveré a llevarla,
a otro viaje,
a otros sueños
Un viaje puede ser,
la oportunidad de mirar
nuestro equipaje espiritual.
¿Qué llevo conmigo?
¿Qué debería dejar de llevar?
Los ruiseñores sólo se dedican a cantar para alegrarnos. No estropean los frutos de los huertos, no anidan en los arcones del maíz, no hacen nada más que derramar su corazón, cantando para nuestro deleite. Por eso es pecado matar un ruiseñor
Harper Lee
¿Qué pasó
y en qué momento pasó?
¿Cuándo murieron,
cuándo fueron asesinados
aquellos valores,
aquellos elementos constitutivos
de aquello que llamamos convivencia?
La convivencia,
como el ruiseñor
nos entrega cantos y sentimientos
de paz, amor y comprensión.
La convivencia,
no destruye la diversidad,
no daña el corazón,
no promueve el individualismo.
La convivencia nos reta
al ejercicio humano
de cuidarnos unos a otros,
como una prioridad.
La convivencia nos convoca
a salvar al que grita
porque se ahoga,
y que espera ayuda
y no una clase de natación.
La convivencia
nos reta a extender la mano,
la mano abierta,
y no un puño cerrado,
que desprecia y golpea.
Por eso,
y por tantas cosas más,
hoy me pregunto
¿Qué pasó
y en qué momento pasó?
¿Cuándo murieron,
cuándo fueron asesinados
aquellos valores,
aquellos elementos constitutivos
de aquello que llamamos convivencia?
Una crisis,
no activa acciones solidarias,
humanas, resilientes, comprensivas.
Una crisis,
desata una histeria colectiva
que nos lleva a pensar en nostros,
y no en ellos.
Y qué decir de los gobiernos,
de los gobernantes, de los políticos,
de aquellos que tienen
la responsabillidad legal,
y también moral,
de preocuparse del bien común.
Olvidaron para lo que están,
y solamente están
para su beneficio personal.
La están matando a la convicencia,
así como han matado al ruiseñor,
así como han matado a la gente,
a la esperanza y a la ilusión.
Pero debemos saber,
que aquellos elementos
prácticas y valores
que constituyen la convivencia,
están en nuestro corazón.
Se activan automáticamente,
cuando los ponemos en práctica,
con nosotros mismos,
con los que amamos,
con los que desconocemos,
con los que aborrecemos,
con los que disentimos,
con la tierra donde vivimos.
Porque al final,
todos somos,
y debemos ser convivencia.
No la matemos por favor,
porque mataremos también,
nuestro propio corazón.
¿Por qué es especial un día?
¿Por qué es especial una fecha?
¿Por qué es especial un momento?
¿Por qué es especial un tiempo?
Quizá, por lo que representan
y a quien representan.
Quizá porque esas preguntas,
tienen diferentes respuestas,
cuando cambian los tiempos.
Quizá porque tú eres,
lo que hace especial
un día, una fecha, un momento... un tiempo
A veces los días,
el color del cielo,
y el tono de las voces,
resultan tristes.
En esos días es mejor,
no tomar una decisión
Consciente siempre,
en el complejo reto
de no dejar de ser,
lo que somos,
y no, lo que quieren que seamos
Lo que te quiero decir,
lo diré con palabras,
con gestos, con abrazos,
con suspiros, con miradas,
con silencios... con besos
Perder la paciencia es perder la batalla
Mahatma Ghandi
La historia de la humanidad,
es la historia del conocimiento
y como éste,
influyó e incidió
en acontecimientos
que marcaron profundos cambios
en los diversos tiempos.
La velocidad
con la que el conocimiento
llega a nuestras vidas,
es increíble.
Lo que en su momento fue
esperar años,
para que el conocimiento
se comparta, se entienda,
se estudie e impacte,
hoy son segundos.
Esa velocidad,
de una manera u otra,
marca una suerte
de un tiempo de inmediatez,
donde la espera está de más.
Los mensajes: breves.
Las velocidades,
no solamente rápidas
sino, súper rápidas.
La información
interminable,
e imposible de digerir.
La desinformación
interminable
y dañina para la vida.
Los proyectos de vida,
ya no se los piensa para una vida,
son una suerte de atributos del momento.
El futuro cambia,
se monta y desmonta,
cada vez, con mayor facilidad
e inmediatez.
Y así pasa con las metas,
los sueños, los anhelos,
las evaluaciones… las comparaciones.
Empieza a afectarse
lo humano de la vida,
lo esencial, lo que, de verdad,
nos debe y debería hacer bien: vivir.
Sobreexponernos a la inmediatez,
es peligroso y dañino,
al punto que,
podría llegarse a pensar,
que hacer una pausa,
que detenerse a pensar,
que analizar y meditar,
antes de actuar, hablar
y tomar decisiones,
demora todo, y no es bueno.
No perdamos
la hermosura de la pausa,
la belleza del camino
por momentos lento.
Si debemos detenernos,
debemos hacerlo,
sin que ello sea debilidad
o desacierto.
Nos miramos en espejos de otros,
nos medimos en medidas de otros,
nuestro tiempo se marca
en los relojes de otros.
Es necesaria y fundamental,
la pausa, que nos lleva a cultivar
la prudencia, la tolerancia, la reflexión,
la meditación
y evitar la inmediatez
como modelo de vida actual,
único e irreversible.
Empieza,
eso que dices que quieres empezar.
Por muy poco que crees que haces,
empezar de a poco,
es en sí mismo, un gran triunfo.
Eso sí,
si empiezas,
que no acabe nunca.
La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto,
no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos
Henry Van Dyke
Vista como objeto inalcanzable,
soñada cual utopía,
promovida por quienes la alcanzan,
ofertada en discursos embusteros,
la felicidad está presente
como un anhelo, como un objetivo,
como un premio,
como lo inalcanzable,
como lo perfecto,
como la meta, al final del camino.
La felicidad tiene
tantos colores como el arcoíris,
tantos olores propios,
tantos sentimientos,
tantos conceptos y definiciones,
que ponerse de acuerdo,
es casi imposible.
Pero,
en general
la felicidad nos evoca
estados emocionales
y también mentales
donde hay bienestar,
satisfacción, alegría,
plenitud, placer, logro,
crecimiento, mejora,
paz, dignidad, amor,
y tantas cosas más.
Lo hermoso y contradictorio,
es que no es permanente.
Por momentos fugaz
y por otros, puede durar horas,
quizá días,
pues convive
con las realidades de la vida:
dificultades, frustraciones, imperfecciones,
odios, envidias, venganzas e intolerancias.
Entonces entiendo,
que si bien es felicidad,
no es perfecta, ni lo debe ser.
Entonces, la siento cerca,
posible, alcanzable,
es más, puedo recordar
que la viví, en ciertos momentos,
que me hacen sonreír.
La felicidad,
le felicidad imperfecta,
está en eso que somos,
en eso que queremos ser,
en ese encuentro íntimo
que nos lleva a preguntarnos:
¿qué somos?
¿qué queremos ser?
¿cómo mejorar?
¿qué me lleva a ser como soy?
¿qué debo ajustar en mi vida,
para sentirme mejor,
para dar sentido a mi vida?
Cada respuesta,
cada acción,
cada tiempo, hábito, mejora,
amor propio, amor del bueno,
nos brindará sorbos de felicidad,
en medio de una vida,
llena de sentimientos y vivencias diversas.
Vivirlos en y desde el corazón,
dará a la felicidad
un sentido de autenticidad.
Que no dejemos de soñar,
pensar y construir
nuestra propia felicidad.