viernes, 20 de junio de 2025

¿Qué hacer, cuando los que deberían hacerlo, no lo hacen?

En cualquier momento de la vida hay un tiempo para observar,

otro para comprender y otro para actuar

Pierre Lemaitre


El lenguaje de la salud,

utiliza dos conceptos,

que tienen que ver con el dolor,

(seguramente hay otros,

pido disculpas por la ignorancia),

pero, a efectos de esta reflexión,

quiero hablar de: umbral

y la tolerancia,

(conceptos de salud),

pero aplicados 

a la conflictividad social.


¿Cuáles son

o cuáles deberían ser 

los límites en cuanto 

a lo que podemos soportar 

o aceptar, antes de que una situación,

un hecho, unos hechos,

unas decisiones,

unas inacciones,

causen o causan

daño y dolor en una sociedad?

Es muy peligrosa,

aquella actitud mezquina,

que lleva a pensar

que mientras un determinado mal

no me afecta o me daña,

me da igual

lo que otro u otros,

sufran a causa de ese mal.


Dejar que una situación,

que unas realidades

afecten a los miembros de una sociedad,

con seguridad,

a los más vulnerables, 

habla muy mal,

no solamente de las autoridades,

si no de los vecinos

y de sus comunidades.


¿Perdimos ese sentido de comunidad?

¿Perdimos la sensibilidad de preocuparnos,

incluso del extraño, del desconocido,

del que sufre, fruto de la irresponsabilidad,

de quieres tienen la obligación legal y moral,

de velar por el bienestar de los ciudadanos?


Nuestro umbral y tolerancia al dolor,

parecen lejanos.

El poder en el poder,

luego del voto,

se apoltrona en el asiento

y se apodera de lo que es de todos,

y pierde el sentido del deber,

del trabajar sin descanso

para que las condiciones

de inequidad cambien,

para que los servicios sirvan,

para que las instituciones trabajen,

y para que los ciudadanos

cooperen y se eduquen

en un sentido de civismo real y humano.


No es posible,

que haya lugares,

sumidos en el olvido,

en el descuido del administrador de turno,

y en un drama humano

que no logra hacer eco en ninguna instancia

de eso que llamamos poder.


¿Qué hacer, 

cuando los que deberían hacerlo,

no lo hacen?


La no violencia,

cuenta con una serie de herramientas,

pues no se trata, solamente, 

de un cambio de personas,

si no, y, sobre todo,

se trata de un cambio de mentalidad

y de actuar ciudadano:

responsable, consciente, solidario,

comprometido, honesto,

tolerante y propositivo.


Diagnósticos y quejas, 

ya están en la mesa.

Es tiempo de organización,

unión, ideas y acción.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece muy buen mensaje lleno de objetividad Roberto , la inanición debe dejar de ser el caldo de cultivo de nuestra querida Loja, que actores políticos violentos y llenos de autoritsrismo debemos desecharlos, porque son producto de un complejo de inferioridad marcado y una autoestima tan baja que es o den sus frustraciones. a través de la violencia. La unidad debe ser la primera obligación. Ciudsdana.