Creo que con el tiempo mereceremos no tener gobiernos
Borges
Necesitamos una sociedad
en la que todos estemos incluidos,
de la que todos estemos orgullosos,
de la todos participemos.
Necesitamos una sociedad,
que reivindique la historia,
y las gestas libertarias,
no solo con pomposas campañas,
o con discursos intensos,
sino con hechos concretos.
Necesitamos una sociedad,
que se indigne ante todo atropello,
que no permita la inequidad,
que luche contra todo intento,
de dividir a las personas,
por lo que tienen o por lo que son.
Necesitamos una sociedad comprometida,
con el respeto de todos los derechos,
que la humanidad ha escrito,
en la declaración de derechos humanos,
pero que en su mayoría son solo eso,
palabras bonitas,
bonitas intensiones,
promesas incumplidas,
anhelos, deseos de una mejor vida,
que no llegan a todos,
que llegan a muy pocos.
Necesitamos una sociedad,
ávida de libertad
pero de aquella, producto de la responsabilidad.
Una sociedad libre,
es una sociedad pensante,
que sabe elegir,
que sabe escoger,
que sabe exigir,
que sabe proponer,
que sabe decidir,
que sabe poner
todo cuanto se pueda,
para hacer el bien,
no a unos, sino a todos.
Necesitamos una sociedad
que sepa que el interés general
es el que se impone sobre el particular.
Que sepan enseñar a los que gobiernan,
que son seres temporales,
que tienen la obligación de servir,
al interés general y no al particular.
Una sociedad que se indigne
ante unos poderes públicos ineptos.
Que les exija cumplir,
con lo que prometieron hacer,
y no que malgasten dineros
que son de todos, como si fueran propios.
Una sociedad indignada,
que exige al poder de turno,
¡basta de palabras y de campañas!,
que los niños no esperan para aprender,
para jugar, para curarse, para alimentarse.
Que los ciudadanos,
necesitan vivir en paz,
y que la delincuencia organizada,
no tiene cabida,
cuando la sociedad está unida y protegida.
Que debe haber,
una división en el poder,
que los que gobiernan,
deben ser evaluados y fiscalizados,
con rigidez y sin venganza.
Que la prensa independiente,
juega un papel trascendente
y por tanto se le debe el respeto de siempre.
Una sociedad indignada,
que se organiza
contra el poder descontrolado,
que le exige prudencia,
decencia, honor y credibilidad.
Una sociedad que se indigna,
ante la mediocridad de la palabra,
de quienes pidieron el voto
y ahora se hacen los locos,
porque se autoproclaman dioses,
y acaban con la historia,
forzando su estudio,
sobre la base de una realidad,
que nadie comparte,
porque no es verdad.
Una sociedad indignada,
que toma parte,
que no solo se queja,
que trabaja el doble,
que es honesta,
que no le hace el juego
al funcionario corrupto,
al político de turno,
que no se somete,
por un puñado de monedas,
por un plato de lentejas,
ni por un puesto de trabajo.
Una sociedad indignada
que entiende por fin,
el poder de la indignación organizada,
que no busca la anarquía,
porque se vive en ella,
por el contrario que busca la paz,
la sociedad justa,
la sociedad igualitaria,
la sociedad de las oportunidades,
la sociedad de los sueños,
de las esperanzas y los ideales.
Indignados sí,
porque no hay nada nuevo,
son los mismos de siempre,
con más poder y dinero.
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