Salgo a caminar en mis sueños,
y te encuentro recostada en ellos,
con la mirada perdida en el cielo.
Alcanzo a tomar tu cuerpo,
y besarlo con calma, sin tiempo.
Tus labios se apoderan de los míos,
y pienso “estoy perdido, después de esto…
no existe el olvido”.
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