viernes, 6 de abril de 2012

Lecciones por aprender


20 años atrás inició una guerra incomprensible. En los tres años de esa guerra, mas de cien mil personas fueron asesinadas ante los ojos del mundo, ante la ineptitud de la comunidad internacional que nada hizo para detener un asesinato fundamentado en la intolerancia y la brutalidad.
20 años han pasado, y el silencio de las armas no ha logrado dar paso a la paz. Las diferencias étnicas entre serbios, musulmanes y croatas aún  se mantienen, con leyes especiales para cada uno de ellos, como si la etnia los hiciera diferentes, como si la guerra no hubiese sido suficiente.
2000 años y más, murió también un hombre y en su nombre cientos de miles más, por un ideal: el del amor y la paz, el de la dignidad y la tolerancia, el del respeto y la esperanza, el de la igualdad y la hermandad.
2000 años y más han pasado, y los valores básicos de la persona humana están ahí, casi sin usar, ante la desesperación, la frustración, la soledad, la pena y el dolor. Lo que importan son las diferencias, la intolerancia, la crítica destructiva. ¿Qué pensamos de los que hablan de amor, respeto, dignidad, consideración?.
Hay muchas lecciones por aprender, pero necesitan de corazones livianos, de corazones sin resentimiento, odio, envidia, malicia o ignorancia. Hay muchas lecciones por aprender, pero que necesitan que la verdad esté primero en nosotros, en nuestros propios sentimientos, en nuestras acciones, que aunque pequeñas, que aunque pocas, sumadas a otras iguales, producirán un verdadero cambio, que no es más que nos amemos y actuemos como verdaderos hermanos.

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