La semana pasada, fracasó otro intento para aprobar la Ley
de Comunicación en en el Ecuador. Parecería que el fantasma de la
incomunicación se aparece cada vez que se busca algún consenso para la
aprobación de este proyecto de Ley.
¿Qué pasa con ese proyecto de Ley?, ¿por qué no puede
tratarse el proyecto?. Preguntas y respuestas podrían haber muchas más, porque
los temas a regularse en la probable nueva Ley, incluyen aspectos relacionados
con la libertad de expresión, con el control de los medios de comunicación, sus
contenidos y las sanciones civiles o penales para personas naturales o
jurídicas. Por tanto, son temas
delicados y sensibles.
No han sido buenos tiempo para las relaciones entre el
gobierno y la prensa no oficial. Las acusaciones, demandas, sentencias y
desmentidos, han marcado la agenda de una casi inexistente relación del
Presidente y los medios.
La incomunicación ha sido la tónica y la característica del
proceso de este proyecto de ley. El “diálogo de sordos” es el tipo de diálogo
que también caracterizó este proceso. Las posiciones son antagónicas, las
propuestas no han buscado un consenso. Las partes no se han escuchado.
Y, lo que es peor, la ciudadanía ha estado ajena a este
proceso. Muy pocos han sido los que han reflexionado sobre el impacto que la
propuesta de Ley tendría en los ciudadanos. La apatía no es buena compañera, lo
que aprueba la Asamblea Nacional son leyes que afectan a todos. Ser meros
espectadores, contribuye a la incomunicación y a un modelo de democracia alimentado
por la dictadura de la mayoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario