No nos engañemos el poder no tolera más que las informaciones que le son útiles. Niega el derecho de información a los periódicos que revelan las miserias y las rebeliones.
Simone De Beauvoir
Quien tiene la información,
tiene el poder,
reza un adagio inteligente,
que prudentemente advierte,
el poder de la palabra,
para la construcción o la destrucción.
Y es que en el mundo de hoy,
y en el de ayer también,
la información ha significado,
el poder influir en el comportamiento humano.
Basta ver el ejemplo del rumor,
que de boca en boca camina,
y que a cada paso que da,
deja listo un taco de dinamita,
que cuando estalla,
destruye todo, lo que en su paso encuentra.
Basta ver el ejemplo de la mentira,
que dicha varias veces,
se convierte de a poco,
en una verdad revelada.
Lo mismo pasa con la información,
la información que maneja el poder,
aquella que le interesa que sólo tu,
puedas ver o puedas llegar a tener.
La información del poder,
la información al servicio del poder,
reduce todos los escenarios,
atenta a la verdad,
limita la capacidad de reflexionar,
te convierte en un ser sin razón,
sin capacidad de razonar.
Y de a poco aceptas,
aunque en el fondo sabes que no es verdad,
que es una supuesta realidad,
un supuesto mundo perfecto y especial,
creado por el poder para que puedas estar bien.
La información al servicio del poder,
poco a poco,
se convierte en imposición,
en verdad absoluta,
que no puede ser juzgada,
peor aún cuestionada.
La información al servicio del poder,
penetra de a poco en la historia,
la ajusta a su razón de ser,
inventa falsos dioses,
y construye ídolos de barro,
supuestos mecenas,
que te regalan de todo,
y no adviertes que lo hacen,
con el dinero de todos.
La información al servicio del poder,
es una herramienta vital,
para poder transformar,
la capacidad de pensar y hablar,
y que con el tiempo las personas,
sin darse cuenta de verdad,
empiecen a usar,
una mordaza natural.
La información al servicio del poder,
no admite críticas,
y quien las haga,
esa misma información, ese mismo poder,
se encargará de callar,
a aquel o a aquellos,
que han osado pensar,
que han osado hablar,
que han osado dejar de pensar igual.
La información al servicio del poder,
se ha olvidado que ella está al servicio de la verdad,
y que la verdad es la suma,
de las verdades de todos,
pero de aquellas verdades,
que no distinguen clases,
que no distinguen pensamientos,
religiones, tendencias,
intereses económicos o de clase,
de aquellas verdades donde reina,
la buena fe, la ética y la moral.
La información al servicio del poder,
se olvida que es ella,
la que debe liberar,
la que debe provocar reflexiones,
la que debe ayudar a pensar…
La información al servicio del poder,
convierte los servicios de comunicación pública,
en servicios de una sola clase: la del poder,
a tal punto de cambiar,
lo que pasa en la realidad,
por el discurso de bienestar,
que el poder intenta grabar,
en la mente y en los corazones,
de los ciudadanos, que atónitos,
que cegados,
poco a poco son hipnotizados,
por la información del poder.
Ya no discutes,
ya no discurres,
ya no piensas,
solo aceptas,
te allanas,
te callas,
les crees,
les sirves,
te agachas,
te arrodillas,
les imploras,
les juras,
les pides…
eres poco a poco,
una víctima,
un ser al servicio del poder…
la información cumplió su diabólico papel.
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