Presa de tu cuerpo,
sin poder decir nada,
solo en el pensamiento,
solo con la mirada.
De aquella vida,
que amabas y odiabas,
tan solo un recuerdo queda,
de esos que no sabes,
si guardar o botar,
por que no sabes que pasará.
Presa de un cuerpo,
que ya no parece propio,
las horas del día,
transcurren sin tiempo,
en soledad interior,
siempre… en buena compañía.
Libérame Dios
de este sufrimiento,
creo que le rezas al Creador,
mientras El desde tu corazón
te dice al oído,
tranquila, estoy contigo.
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