Y de pronto un día,
la vida te deja,
casi por completo,
y caes al vacío,
sin controlar tu cuerpo.
Y de pronto un día,
no puedes hablar,
no puedes moverte…
solamente pensar,
atrapado en un cuerpo
que alguna vez fue tuyo
y que ahora pertenece a otros.
Y de pronto un día,
descubres que depende de ti
vencer a la muerte
y darle un triunfo a la vida,
por los que amas,
por los que extrañas,
por tus días felices,
por tu vida anhelada.
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