Y llega la noche fría,
y con ella las horas en vela,
un sueño que despierto me guía
por calles y avenidas,
de una ciudad perdida.
Y llega la noche fría,
mientras mi cuerpo cansado
intenta rendirse al sueño anhelado.
Y llega la noche fría,
cargada de soledad,
de silencio y complicidad.
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