"Profesional no es el que obtiene un título,
sino el que sabe valorar a los demás por lo que son."
Creer que una ley
puede cambiar una realidad,
es un acto
de absoluta ignorancia…
lo malo es
que el número de ignorantes
es más grande de lo que creemos.
Nueva ley, ¿nueva realidad?,
nada más lejos de la verdad.
Que haya una nueva Ley
de Educación Superior en el Ecuador,
no garantiza que las Universidades
sean lo que la sociedad demanda de ellas.
Un país es,
lo que su Universidad fue
veinte años atrás.
El Ecuador de hoy,
es la realidad universitaria del pasado,
una realidad compleja
y no lejana y diferente a otras
en nuestra Latinoamérica,
donde la Universidad
ha sido sobre todo aulas de docencia,
pocos espacio de investigación,
y ajena a los planes nacionales
de desarrollo de nuestros países.
Pero… no ha sido del todo culpa suya,
los Estados y las sociedades,
poco han hecho,
poco han contribuido
a que la Universidad sea determinante,
a que la Universidad brinde claves,
a que la Universidad avance;
y la Universidad, a su vez,
tampoco ha hecho algo
para que esta realidad cambie.
Es entonces la corresponsabilidad
el principio clave,
para que la Universidad avance,
para que sea lo que tanto se necesite,
un motor del cambio,
un resguardo de las ideas,
de la ciencia, de la reflexión responsable,
de la pluralidad de las ideas,
de la buena ciencia,
de la promoción de la ética y los valores.
No hay sociedad sin Universidad,
y no hay Universidad sin sueños,
e ideales de un mundo mejor.
Y también,
no hay Universidad
sin responsabilidad social,
sin un Estado responsable,
comprometido que invierta
en la educación como motor,
como eje del cambio social.
Debemos pensar en la mejor Universidad,
y con ello pensamos en el mejor país,
una Universidad fuerte,
construida sobre cimientos
de responsabilidad, calidad e investigación.
Construida sobre el ejemplo
de la Universidades en el mundo;
una Universidad:
internacional en el pensamiento,
nacional en el desenvolvimiento,
conectada al mundo de la ciencia,
capaz de formar primero personas
y luego: profesionales.
La nueva Ley,
significa nuevas reglas,
nada más,
ni mejores ni peores,
nuevas reglas.
El reto del país,
el reto de la Universidad
es ser lo que el Alma Mater
es para el mundo entero:
la madre de la ciencia,
la madre de las ideas,
la fuente del pensamiento,
el lugar donde se transforma
planifica y proyecta la sociedad.
Es una tarea compleja,
ardua y casi siempre incomprendida,
pero que se tiene que hacer,
y cuanto antes se empiece mejor.
Es una tarea que no depende de la Ley,
depende de la academia en general,
del Estado en particular,
y de la sociedad en especial.
Ya sabemos lo que está mal en la Universidad,
hay infinidad de diagnósticos,
innumerables cuestionamientos,
incansables reclamos,
incontables desencantos…
es momento de pensar y decidir ser más,
y construir la mejor Universidad,
que por supuesto la Ley no nos la va a dar.
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