A ese corazón dolido
dale descanso,
déjalo tranquilo.
Que llegue la noche,
y cuando el sol haya salido,
empieza de nuevo,
con el corazón rejuvenecido.
A ese corazón dolido
le tienes que dar amor,
lo tienes que alejar del dolor.
A ese corazón dolido,
lo vas a cuidar,
hasta la eternidad,
y cada día lo vas a regar
con amor propio,
con amor del bueno,
con sentimientos profundos,
con anhelos y deseos.
Verás como cada día,
ese corazón dolido,
se transforma en un corazón,
que ríe y que llora,
pero que sobre todo ama:
a ti por sobre todas las cosas,
y te permite amar más
a quienes te adoran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario