viernes, 17 de enero de 2025

Ante la incertidumbre


Cada variable era una posibilidad,

cada posibilidad una incertidumbre,

cada incertidumbre una oportunidad

Santiago Posteguillo 

(en Africanus, el hijo del Cónsul)


Frenéticos cambios,

tendencias mundiales inesperadas,

lenguajes poco claros,

comportamientos cambiantes.

La incertidumbre es

una especie de constante.

Parece ser,

que debemos aprender

a convivir con ella.


Las sociedades

han vivido y viven

sus propios tiempos

que las afectan

y las marcan

de particulares formas.


Eventos locales,

nacionales,

regionales y mundiales

nos han demostrado

que no estamos listos

ante la incertidumbre…

ante lo inesperado


Olvidar rápidamente el pasado,

nos lleva a cometer

un mismo error,

una y otra vez


Pensar y trabajar,

en actitudes sociales

y también personales

que tengan que ver

con adaptación

flexibilidad,

resiliencia y anticipación,

podría permitirnos desarrollar

una actitud tal,

que si bien no adivina el futuro,

nos prepara para lo incierto…

una especie de alquimia moderna.


Los antiguos alquimistas

transmutaban los metales.

Aquellos que eran 

metales inferiores

llegaban a ser

metales preciosos: oro.


Esos antiguos alquimistas,

también eran reconocidos 

por esa búsqueda interior,

por ese ejercicio de purificación

y transformación

desde una dimensión espiritual

y por qué no: filosófica.


Creo

que necesitamos

una alquimia tal

que nos lleve a la habilidad

de transformarnos y transformar.

Que nos ayude a desarrollar

esas habilidades de adaptarnos,

ser flexibles, resilientes

y conscientes de la incertidumbre.


Una alquimia

que nos lleve a esa capacidad

de poder transformar 

situaciones complejas (metales inferiores)

a situaciones mejores, no violentas,

dignas y que hagan bien a los demás (oro).


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