jueves, 11 de enero de 2024

En crisis

La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir 

y cuando lo nuevo no acaba de nacer

Bertolt Brecht

Las crisis, cualquiera de ellas,

son -o deberían ser- 

un punto de inflexión

para producir un cambio,

ojalá hacia algo mejor.


Llegan, cuando algo o alguien,

“no da más”,

cuando la situación es insostenible,

y estalla… algo estalla.


Es necesario ese cambio,

ojalá hacia algo mejor,

porque ya se ha sufrido,

por el dolor, por las lágrimas,

por la desazón.


Ese cambio,

no es algo que sucede

de la noche a la mañana,

de un día para el otro.


Se necesita que,

esas condiciones crueles

que provocan la crisis,

terminen, se vayan, se transformen.

Y, a la vez,

se necesita sembrar

nuevas condiciones, hábitos,

comportamientos, pensamientos

y constantes acciones

que permitan un cambio,

ojalá hacia algo mejor.


La vieja política, la vieja corrupción,

las viejas mañas, la vieja y rancia

forma de hacer y complicar las cosas

y allanar el camino a la delincuencia organizada.

Eso que debe morir, se resiste,

porque es forma de vida que enriquece,

porque es forma de vida que se promueve:

como ejemplo.


En crisis necesitamos que nazca,

o que renazcan las buenas costumbres:

respeto, responsabilidad, solidaridad,

compromiso, entrega, sacrificio, transparencia,

sentido común, tolerancia, alegría, esperanza,

en fin, tantas cosas buenas que nos hacen bien,

y que están apagadas y olvidadas,

en medio de una crisis 

donde lo viejo, se niega a morir

y lo nuevo no acaba de nacer.




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