jueves, 15 de marzo de 2012

La oportunidad perdida

Las oportunidades son como los amaneceres:
si uno espera demasiado, se los pierde.
William George Ward


No hay mejor momento para la economía,
los ingresos son altos,
las ventas como ni lo imaginabas,
los préstamos internacionales,
las concesiones mineras,
el estado que recibe dinero…
a manos llenas.

Hay dinero para obras,
para crear infinidad de ministerios,
para construir carreteras,
para contratos infinitos,
para viajes, aviones, sobresueldos,
para renovar vehículos,
para construir aeropuertos.

Hay dinero,
mucho dinero,
pero no llega a todos,
pero llega a pocos.
Es tiempo de invertir es verdad,
pero también tiempo de ahorrar,
el problema es que,
la clase política actual,
en lugar de trabajar,
por el país en general,
lo hace por sus intereses en particular.

Los del poder para el poder,
los de la oposición para la oposición,
y la gente común,
observando en silencio,
observando callada,
observando temerosa,
observando sin decir nada.

No quisiera pensar,
que se vaya esta oportunidad,
una oportunidad para todos,
una oportunidad de inversión,
de ahorro, de educación,
una oportunidad de ser uno solo,
como un país pequeño,
pero con el poder de su gente,
un país pequeño,
pero con la riqueza de todos sus corazones,
que olvidan diferencias absurdas
y trabajan juntos para el beneficio de todos.

No quisiera que con el tiempo,
la historia llame a esta parte,
la oportunidad perdida,
la oportunidad que tuvimos,
para salir juntos de la crisis,
para apoyar a los que de verdad,
quieren trabajar,
y han trabajado siempre por la comunidad.

No puede ser esta,
otra oportunidad perdida,
donde la el lenguaje de la violencia,
del acoso y del miedo,
se apodere del presente
y asesine el futuro de todos.

No puede ser esta,
la oportunidad perdida,
donde los ciudadanos contribuyeron
con su silencio en vida,
donde callaron cuando debían decir algo,
cuando debían obligar a los políticos
a ponerse a trabajar.

No puede ser la oportunidad perdida,
de unos ciudadanos
que regalaban su voto
a cambio de unas monedas,
un plato de lentejas
y la leyenda de dioses de barro.

No podemos tener la responsabilidad,
de ser causantes de esto…
de perder otra oportunidad,
tanto hay para ganar,
pero tanto para perder también.
Depende de lo que hagamos,
o dejemos de hacer,
del poder del voto,
de la protesta noviolenta,
del reclamo insistente,
del no dejarse “ver la cara”,
de exigir honestidad, antes que caridad,
de trabajar honradamente,
de ser verdad y transmitirla a todos.

No podemos ser el país,
de la oportunidad perdida.

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